A lo largo de la vida, las personas están obligadas a tomar decisiones que modifiquen su destino. Algunas son tomadas por gusto; otras por conveniencia; y no faltan aquellas que son simples "corazonadas". En este último caso se encasilla la historia del concepcionense Esteban Rocha, quien decidió cambiar la bicicleta por un deporte de mayor adrenalina.
Sus primeros pedaleos fueron en las sendas de la Perla del Sur; sin embargo, siempre supo que lo suyo eran las motos. "Desde los seis hasta los 16 años, me dedique al Mountain Bike. Competí en varias ediciones del Trasmontaña y gané muchas competencias. Entre esas me acuerdo de cuando logré el Panamericano en Catamarca. Fue algo inolvidable porque vinieron a competir personas de varios países de América. Pero siempre me tiró más la moto", recordó.
Quien lo impulsó a tomar esa gran determinación fue su mecánico. "Empecé a entrenar gracias a José Antúnez que me arreglaba la moto. Él hizo que me tomé seriamente está disciplina. También influyó mucho mi grupo de amigos", confesó.
A pesar de todos los logros conseguidos, desde niño tuvo gran contacto con el motociclismo. "A los 11 años, mi papá me compró mi primera moto. Me acuerdo que volvía de entrenar con la bici e inmediatamente me subía a la moto para entrenar en el circuito de Motocross de Concepción. En ese momento era mi hobby. Después me compré una moto más grande y es a lo que decidí dedicarme", dijo.
Su decisión definitiva por cambiar su rumbo deportivo llegó en 2017; pero no fue fácil. "Ese año me fracture el fémur. Estuve más de un año sin poder competir. No podía hacer nada y fue muy duro. Pero, gracias al apoyo de mi familia, lo pude superar. Después corrí en distintas carreras y pude ganarlas", comentó.
No obstante, reconoce que sus dotes de ciclista le facilitaron para desempeñarse dentro del deporte. "Siento que la bici me sirvió mucho. Es muy similar la técnica de manejo, pero te cansa más porque no tiene motor; es un poquito menos de sacrificio. Ahora, con entrenar dos o tres veces por semana, me basta para poder competir. En la bicicleta tenías que salir todos los días y hay un punto que me cansó", explicó.
Si bien correr el Rally Trasmontaña es un desafío, el joven consideró que esta fue la carrera más complicada a la que tuvo que enfrentarse. "Hubo veces que tuve que dejar la competencia porque se me rompió la moto; pero lo de este año fue dificilísimo e increíble. Hubo muchísimas subidas, bajadas y los distintos suelos que hicieron que sea increíble. Lo bueno es que terminamos terceros", calificó.
Así, su decisión de cambiar de pasión no fue fácil. Implicó grandes cambios en su rutina. Sin embargo, el concepcionense mantiene firme su convicción de que esté es el camino para seguir gestando su historia deportiva.