Pasó el Forum de Santiago del Estero, y ahora es el turno de la Facultad de Derecho de la UBA, en Buenos Aires. Los cinco postulantes a la presidencia de la Nación participarán hoy de la segunda jornada de debate coordinada con el objetivo de fomentar “el voto informado”, explicó el juez de la Cámara Nacional Electoral (CNE), Daniel Bejas. “Cuando los candidatos eligen debatir públicamente, simbolizan que es posible ‘estar de acuerdo en estar en desacuerdo’”, señaló el magistrado oriundo de Tucumán a LA GACETA.
- ¿Cuál es la finalidad de esta instancia de discusión entre los candidatos presidenciales?
- Se considera que los debates sirven para evaluar posiciones anteriores y profundizar el conocimiento de los candidatos. A través de estos, y en un marco democrático de interrelación, la ciudadanía accede a las ideas, conceptos y postulados de quienes pretenden ejercer la Presidencia de la Nación. Siempre conlleva como núcleo esencial la oportunidad para la campaña de subir la política al escenario. Algunos autores sostienen que un principio del debate pacifico reemplaza la violencia como medio para zanjar las diferencias políticas. Además, cuando los candidatos eligen debatir públicamente simbolizan que es posible “estar de acuerdo en estar en desacuerdo”. Se afirma que los debates brindan información y conocimiento para los electores, lo que implica cierta obligación del ciudadano para hacerse con la información pública necesaria.
- ¿Cuáles son los pasos que se deben atravesar para llegar al debate?
- El primer paso es la constitución del Consejo Asesor, cuya función principal es asesorar a la Cámara Nacional Electoral en la definición de temas y subtemas, modalidad y dinámica del debate. Para ello, se incorporaron representantes de organizaciones y ciudadanos destacados. Entre otros, Abuelas de Plaza de Mayo; también los doctores Carlos Arslanián y Ricardo Gil Lavedra, ex jueces del enjuiciamiento a las Juntas Militares del proceso; la doctora Delia Ferreira Rubio, el ingeniero Héctor Rubén Paz, rector de la UNSE. Además, destaco que en este Consejo Asesor participaron, con intervenciones importantes, dos reconocidos ciudadanos tucumanos. Me refiero a Daniel Dessein, por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentina (Adepa), y a Adriana Guerrero, coordinadora del Comité de Latinoamérica y el Caribe para la defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem).
- ¿Qué sigue a la conformación del Consejo?
- Como novedad, a través de un formulario de Google, la ciudadanía pudo hacer preguntas a los candidatos, eligiendo un tema de los propuestos por el Consejo Asesor. Luego, se define el lugar de los debates. Uno debe ser en una capital de provincia, y el otro, en Capital Federal, conforme a la Ley 27.337. A continuación, la CNE resuelve la designación del equipo de producción del debate, que en este caso -como en 2019- se encomendó a la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión. Luego comienza el llamado “debate del debate”, que es la discusión entre los apoderados de cada candidato respecto a la reglamentación y temas a incorporar, así como el compromiso de conductas por parte de los candidatos, moderadores y asistentes al evento. Solo en caso de disidencia, la decisión la adopta la CNE. Y finalmente, se llevan a cabo los sorteos previstos en el reglamento sobre la ubicación de cada candidato en los atriles y los temas para cada debate. Además, se designan por sorteo los moderadores, que en este caso fueron propuestos por pareja por los canales nacionales de TV por aire.
- ¿Cómo se originaron los debates presidenciales?
- El primer debate televisado se llevó a cabo en Estados Unidos, en 1960. Fue entre (John) Kennedy y (Richard) Nixon. Por su impacto en la campaña electoral, esta herramienta se transformó en práctica habitual en el proceso democrático. Hoy, existen 85 países que celebraron debates para candidatos a presidente o a primer ministro. En América Latina, Venezuela y Brasil fueron los dos primeros países que llevaron a cabo debates desde la década de 1960. En Colombia, Costa Rica, Brasil y Argentina los debates se rigen por una ley nacional; y en el resto de la región, por la ausencia de normas legales, dependen de la voluntad de los candidatos.
- ¿Existen otras variantes de modelos de debate, más allá del utilizado en nuestro país?
- Hay tres modelos clásicos de debate. El “de atril” o “conferencia de prensa”, que es el tradicional. Es un modelo donde los candidatos hablan a la audiencia y se conectan con sus rivales, bajo la conducción de moderadores. Otro modelo es el debate denominado “Town Hall” o “de ayuntamiento”, en donde las preguntas las realizan ciudadanos presentes, reclutados entre votantes indecisos por los organizadores del debate. Por último encontramos el “debate de mesa”, donde los candidatos están frente a frente en un diálogo libre. Se procura en esencia que los moderadores tengan la mínima intervención.
- El derecho a réplica fue una de las novedades en esta edición del debate, ¿qué se busca con este recurso?
- En esencia, se procuró salir de un debate muy estructurado y formal, procurando que exista entre los candidatos una mayor dinámica, lo que genera un mayor interés para la ciudadanía.
- ¿Cuáles son las expectativas de cara al debate de hoy?
- El propósito es que continúe siendo útil para fomentar el “voto informado” de la ciudadanía, en un ámbito de respeto e igualdad de oportunidades para los candidatos presidenciales, tal como sucedió en el Forum de Santiago del Estero.