OSLO, Noruega.- La defensora de los derechos de la mujer encarcelada en Irán, Narges Mohammadi, ganó el premio Nobel de la Paz, en un fuerte mensaje de censura a los dirigentes teocráticos de Teherán y un espaldarazo a los manifestantes antigubernamentales.
El comité que concede el galardón dijo que el premio era un testimonio para todos aquellos que están detrás de las recientes protestas sin precedentes en Irán y pidió la liberación de Mohammadi, quien ha hecho campaña tanto por los derechos de las mujeres como por la abolición de la pena de muerte.
“Esperamos enviar el mensaje a mujeres del mundo que viven en condiciones en las que son discriminadas sistemáticamente: tengan valor, sigan adelante”, dijo Berit Reiss-Andersen, directora del Comité Noruego del Nobel.
El otorgamiento de este premio, “resalta el coraje y determinación de las mujeres de Irán, y cómo inspiran al mundo”, destacó hoy la portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos Liz Throssell.
La activista premiada es un símbolo de unas mujeres, las iraníes, que “han sido acosadas por su forma de vestir, y que sufren medidas legales y económicas cada vez más limitantes”, añadió, en la rueda de prensa de las agencias de la ONU en Ginebra. “Hemos visto esta valentía y decisión ante la represión, la intimidación, la violencia y las detenciones. Son una inspiración para el mundo”, subrayó la portavoz de la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk.
Mujer, vida y libertad
Mohammadi es subdirectora del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, organización no gubernamental dirigida por Shirin Ebadi, premio nobel de la Paz de 2003.
“Queremos dar el premio para animar a Narges Mohammadi y a los cientos de miles de personas que han estado clamando por ‘Mujer, Vida, Libertad’ en Irán”, añadió, refiriéndose al lema principal del movimiento de protesta.
Teherán, que sostiene que las protestas son parte de un plan dirigido por Occidente para subvertir los valores del país, calificó el premio de “acción tendenciosa y políticamente motivada” para ejercer presión sobre Irán.
La agencia de noticias semioficial Fars publicó que Mohammadi “recibió su premio de los occidentales por sus actos contra la seguridad nacional”.
Mohammadi cumple actualmente varias sentencias en la prisión de Evin, en Teherán, que suman 12 años de prisión, uno de los muchos periodos que ha estado tras las rejas, según la organización de derechos humanos Front Line Defenders. Entre los cargos que le imputan está difundir propaganda contra el Estado.
La activista iraní, de 51 años, es la decimonovena mujer que gana el premio en 122 años de historia, y la primera desde que la filipina Maria Ressa lo obtuvo en 2021 junto con el ruso Dmitri Muratov.
“Este Premio Nobel envalentonará la lucha de Narges por los derechos humanos, pero lo más importante es que este es de hecho un premio para la mujer, la vida y (el movimiento por) la libertad”, se esperanzó el marido de Mohammadi, Taghi Rahmani, en su casa de París.
El diario estadounidense “The New York Times” citó a Mohammadi afirmando que nunca dejaría de luchar por la democracia y la igualdad, aunque eso significara permanecer en prisión.
“Seguiré luchando contra la implacable discriminación, la tiranía y la opresión de género del opresivo Gobierno religioso hasta la liberación de la mujer”, declaró en un comunicado.
El galardón se le ha concedido en un momento en que, según denuncian grupos de defensa de los derechos humanos, una adolescente iraní quedó en coma tras recibir golpes en el metro de Teherán por no llevar hiyab.
El premio Nobel también se concedió poco más de un año después de la muerte de Mahsa Amini, detenida por la policía de moral que la acusaba de incumplir supuestamente el código de vestimenta femenino de la República Islámica.
El hecho provocó protestas en todo Irán, el mayor desafío al Gobierno teocrático en años, y fue respondido con una represión brutal.
El premio Nobel de la Paz, dotado con 11 millones de coronas suecas, alrededor de un millón de dólares, se entregará en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco Alfred Nobel, fundador de los galardones en su testamento de 1895.
El premio tiene un prestigio que no ha logrado minar la polémica ni el ataque político. Entre los galardonados en el pasado estuvieron el estadounidense Martin Luther King, por su lucha por los derechos civiles de las personas de color y el sudafricano Nelson Mandela, símbolo de la lucha contra el racismo.
Dos argentinos recibieron este reconocimiento. El último fue Adolfo Pérez Esquivel, en 1980, por su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos en Iberoamérica y su denuncia de las atrocidades cometidas por la última dictadura cívico militar en Argentina.
Anteriormente, en 1936, lo recibió el político, diplomático y jurista Carlos Saavedra Lamas. A él, que fue diputado y ministro de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Agustín Justo, se le reconoció su papel como mediador para finalizar la guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia. Además, la Academia Sueca destacó en ese entonces su labor en pro de la paz en general, en particular por haber inspirado un Pacto antibélico, que fue firmado por 21 naciones y que se convirtió en un instrumento jurídico internacional.
Homenaje a la resistencia: destinado a las que luchan por la democracia
El esposo de Narges Mohammadi, Taghi Rahmani, periodista iraní exiliado que vive con los hijos de la pareja en Francia, declaró que el premio es “un homenaje a la resistencia”. “El hecho de que la ceremonia comenzara con el lema ‘Mujer, vida, libertad’ demuestra que este premio está destinado a todos aquellos que luchan por las libertades civiles y la democracia en Irán”, afirmó. En 2003, la abogada y activista iraní Shirin Ebadi se convirtió en la primera iraní y la primera mujer del mundo islámico en recibir el Premio Nobel de la Paz. Ebadi dijo ahora que el premio a Mohammadi “llamará la atención internacional sobre las violaciones de los derechos humanos en Irán, en particular, el trato discriminatorio a las mujeres”.
Los últimos galardonados
2022.- El activista bielorruso de Derechos Humanos Ales Bialiatski (foto), la organización rusa Memorial y el Centro por las Libertades Civiles de Ucrania “por su esfuerzo para documentar crímenes de guerra, violaciones de derechos humanos y abusos de poder”.
2021.- Los periodistas Maria Ressa (Filipinas) y Dmitri Muratov (Rusia) “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, condición previa para la democracia y la paz duradera”.
2020.- El Programa Mundial de Alimentos de la ONU por su lucha contra el hambre y para que no se use como arma de guerra.
2019.- Abiy Ahmed, premier etíope, por la reconciliación entre su país y Eritrea.
2018.- El ginecólogo Denis Mukwege (República Democrática del Congo) y la yazidí Nadia Murad por sus esfuerzos para terminar con la violencia sexual como arma de guerra.
2017.- Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares.
2016.- Juan Manuel Santos por haber contribuido a poner fin a medio siglo de guerra interna en Colombia.
2015.- Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, que permitió salvar la transición democrática tunecina.
2014.- Malala Yousafzai (Pakistán) y Kailash Satyarthi (India) por su lucha contra la explotación de niños y jóvenes y por su derecho a la educación.
2013.- Organización para la Prohibición de Armas Químicas, por sus esfuerzos para erradicar ese tipo de armamento de destrucción masiva.