Es insólita la tarifa que pretenden imponer los empresarios del transporte urbano de pasajeros en $500; primeramente no coincide en absoluto con la calidad del servicio que prestan, jamás controlado por el estado municipal. Deben tomarse decisiones políticas rotundas y recuperar la necesidad de trasladarse de una sociedad que padece la inflación nacional, de una sociedad que intenta alimentarse con salarios muy por debajo de los costos de vida, de una sociedad que apenas costea los servicios esenciales para vivir. Esta idea de los empresarios de transporte se basa directamente en una actitud comercial muy parecida a los especuladores del sistema cambiario proponiendo un “boleto blue”, como el dólar callejero.
Williams Fanlo
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