Una bola de nieve que supera los $ 22 billones. Eso es lo que representa las Letras de Liquidez, un instrumento de deuda con el que el Banco Central retira pesos de la calle. La espiralización de ese compromiso inquieta al próximo presidente de la Nación y su uso quedó desvirtuado a partir de las necesidades financieras de un Estado que no encuentra la manera de corregir los desequilibrios económicos. Creadas hace cinco años, las Leliq surgieron con el objetivo de mantener estable la emisión monetaria y que los pesos no se vayan al dólar, el refugio natural de los ahorros de los argentinos.

Un reciente informe del Instituto de Investigaciones Económicas para la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) advierte sobre la alta emisión de dinero, al señalar que cada 13 semanas se duplica la cantidad de moneda, que debe ser absorbida por el Central mediante Leliq. “La emisión monetaria de los últimos tres meses y medio asociada al financiamiento fiscal directo, compra neta de divisas, intereses de los pasivos remunerados y compra de bonos en el mercado secundario, antes de esterilización vía Leliqs, tiende a duplicar la Base Monetaria cada 13 semanas”, puntualiza.

La cuestión había sido expuesta el último domingo, durante el debate presidencial, por el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, cuando le planteó a su contrincante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, sobre las medidas que adoptaría para solucionar esta situación. Según el economista Carlos Melconian (potencial ministro de Bullrich) esa pregunta del diputado estuvo fuera de lugar. Darío Epstein, asesor en temas financieros de Milei, había dicho en los días previos que un eventual Gobierno del libertario deberá llevar el déficit fiscal a cero “de manera urgente”, evitar un Plan Bonex o una hiperinflación y además “resolver el tema de las Leliq lo antes posible”.

Aldo Abram, economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, sostiene que el problema de las Leliq está lejos de solucionarse, porque el Gobierno sigue generando más deuda con el “Plan Platita”. “Creo que esas Letras y los Pases pueden llevar al estallido al Banco Central, cuyas reservas netas están hoy cerca de los U$S 8.000 millones”, indica a LA GACETA. A su criterio, el gran desafío para la próxima gestión será desarmar la herencia y aplicar reformas profundas no sólo en el Estado, sino también en materia monetaria y cambiaria.

En un artículo de opinión titulado “Leliq, problema u oportunidad”, el titular del Central, Miguel Pesce, advierte que “asimilar la remuneración a las Leliq al déficit fiscal es un error que puede conducir a políticas equivocadas, impidiendo la futura aplicación del ahorro local a la inversión productiva y al financiamiento del consumo”. Explica que en la Argentina, las entidades financieras cuentan con depósitos en pesos por el orden de los  $ 35 billones. De ellos, $ 18 billones son colocaciones a plazo fijo. A su vez, los préstamos al sector privado se ubican en $ 12 billones. “Esta diferencia expresa el desbalance entre la capacidad prestable y la demanda efectiva de crédito”, acota.  “A los efectos de canalizar los excedentes de liquidez y evitar que afecten negativamente a las tasas de interés, en especial las tasas pasivas (plazos fijos), el BCRA interviene absorbiendo la diferencia a través de las Leliq, que alcanzan los $ 15 billones”, argumenta Pesce. La tasa de interés que paga el Central por las Leliq remunera a los bancos que están obligados a pagar a los ahorristas y a las empresas tasas mínimas determinadas por la propia autoridad monetaria. Así, se busca preservar el valor relativo del ahorro, completa.

En colapso

En los últimos tiempos, el mercado de pesos entró en colapso, según GMA Capital. Los vaivenes de las acciones y los bonos en dólares configuran un hecho al que estamos relativamente acostumbrados dado el elevado beta (sensibilidad de precios ante cambios en las condiciones de mercado) con respecto a los comparables del mundo, indica el economista de esa firma, Nery Persichini. No obstante, la dinámica de la deuda en pesos durante septiembre dejó perpleja a la city. Ddesde junio de 2022 que no se observaba una hemorragia tan significativa en todas las curvas en moneda local. “Veníamos de cuatro meses en los cuales los bonos CER otorgaron retornos por encima de la inflación. El ajuste en términos reales del último mes superó el 16% y prácticamente equivalente al de aquel fatídico junio de 2022”, dice el consultor.