Con una delegación compuesta por 30 jugadores, y por el cuerpo técnico, Boca puso rumbo a Brasil, para jugar este jueves la revancha de las semifinales de la Copa Libertadores, ante Palmeiras. La ida, cabe recordar, terminó 0-0.
La ausencia de Juan Román Riquelme entre los pasajeros del vuelo que despegó a las 14 de Argentina llamó la atención, aunque tiene una explicación simple: el actual vicepresidente viajará recién mañana.
Todo el plantel profesional de Boca es parte de la comitiva, que se alojará en el Hotel Marriot. Incluso, Luca Langoni, que está lesionado, pero viajará para apoyar desde afuera. Lo mismo sucederá con otros seis jugadores, que no podrán integrar el banco de suplentes.
Gran cantidad de hinchas "xeneizes" se acercaron a Ezeiza, para despedir al plantel que buscará el triunfo en Brasil, que le permita la clasificación a la final. En caso de empate, habrá penales; mientras que si gana Palmeiras, será el "verdao" quien avance al partido definitorio.
Palmeiras y una decisión que genera ruido en Boca
Aunque faltan dos días, el partido entre Palmeiras y Boca ya empezó a jugarse, con un protagonista inesperado: el césped sintético del Allianz Parque. Una situación que empezó a traer controversias y generó un quiebre entre ambos equipos, sobre todo por la decisión del club brasileño.
La semana pasada, el “xeneize” había solicitado realizar la práctica del miércoles en el estadio que se desarrollará la semifinal, pero desde el “verdao” rápidamente negaron esa posibilidad. Una decisión que sorprendió a propios y extraños.
"Vamos a tener que ir a jugar a una cancha de alfombra, que no es lo mismo que la tierra. Nosotros eso lo tenemos en cuenta", advirtió Riquelme sobre el campo de juego del estadio paulista.
Para achicar la desventaja, desde Palmeiras entendieron que negándole acceso al “xeneize”, evitarán que los dirigidos por Jorge Almirón conozcan las características del suelo (por las dimensiones, pique y deslizamiento de la pelota). Sin embargo, quién aceptó albergar al “xeneize”, fue Corinthians, máximo rival del “verdao”.