Chicanas, algunas propuestas, pases de factura, enojos y cachetadas de la coyuntura política y económica. El primer debate obligatorio de candidatos presidenciales tuvo todos estos condimentos que trascendieron por la pantalla, pero muchos otros -algunos jugosos- que sólo fueron saboreados por los 400 invitados al auditorio del centro de convenciones Forum, de Santiago del Estero.
LA GACETA estuvo en la sala durante los 130 minutos que duró el debate que organizó la Cámara Nacional Electoral y que protagonizaron Myriam Bregman (Frente de Izquierda), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Javier Milei (La Libertad Avanza). Dentro del auditorio había una estricto protocolo que impedía al público -mayormente dirigentes políticos- aplaudir o expresarse tras las alocuciones. Hubo más de un llamado de atención de los organizadores por filmar con los celulares (estuvo prohibido), algunas risas en ciertas chicanas de los candidatos y un grito “presente” del público en el eje de derechos humanos y los desaparecidos de la dictadura.
Posturas y reacciones
Desde las butacas pudo verse cómo el candidato oficialista hacía gestos de desaprobación con su cabeza cuando la diputada de la izquierda lo acusaba de no garantizar los fondos para la educación; a una ex ministra de Seguridad canalizó su ansiedad y sus nervios consumiendo grandes cantidades de agua en su atril; o al economista que no ocultó su incomodidad cuando la líder del PRO se dirigió a los jóvenes, “invadiendo” al electorado dominado por el libertario.
Como fieras que estuvieron enjauladas largo tiempo, los postulantes de los tres tercios que cuentan con mayores chances salieron de movida a atacarse. Al punto que durante las presentaciones de los candidatos hay quienes ya quisieron hacer uso de los derechos a réplicas. Massa y Bullrich pulsean por instalarse en un eventual balotaje para competir mano a mano con Milei, y eso quedó en evidencia durante las más de dos horas de debate. Bregman tuvo un discurso sólido, pero mayormente dirigido al votante de la izquierda. Mientras que el Schiaretti gobernador le ganó la pulseada al Schiaretti candidato a presidente: sus alocuciones se centraron sobre las virtudes de su gestión y la falta de federalismo de la Nación.
Tonada tucumana
Hubo presencia tucumana en un gélido recinto, que por momentos se tornaba candente por las interacciones cruzadas sobre el escenario. El gobernador Juan Manzur se ubicó muy cerca del escenario, junto a sus colegas Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan) y Raúl Jalil (Catamarca). Al ingresar al recinto se saludó muy afectuosamente con el senador santiagueño José Emilio Neder.
También se divisó al secretario de Gestión Pública y Planeamiento, Julio Saguir. Por la oposición provincial, en tanto, lograron acceder dos candidatos a diputados: Ricardo Bussi (socio político de Milei, a quien saludó en el hotel) y Alejandra Arreguez (Frente de Izquierda). Como representante de Juntos por el Cambio Tucumán estuvo el interventor del PRO, Pablo Walter.
“¡Hacelo, hacelo!”
Presenciar el debate también permitió ser testigos y contar con todos los elementos de cuestiones que resultaron incomprensibles a través de las pantallas. Por ejemplo, el fastidio de Milei cuando se inició la ronda de preguntas cruzadas. Massa le recriminó al libertario por sus palabras agresivas contra el papa Francisco (video de 2020 que se viralizó tras las PASO) y le pidió que pida disculpas. Mientras el economista recalcó que las afirmaciones son del pasado, que ya pidió perdón y que lo volvería hacer, el ministro de Economía lo chicaneó -sin audio con un reiterado y contundente: “hacelo”. La insistencia del oficialista irritó a Milei, quien le pidió que sea respetuoso, que dejara de chicanear y que se dedique a bajar la inflación. El economista quedó tan crispado que, ya sin audio, siguió embistiendo contra sus rivales, al punto que Bregman intervino y le pidió que baje su dedo acusador.
Fuera del ojo del televidente también quedó lo que ocurría en las pausas. Los cinco candidatos se retiraban de sus atriles para ser asesorados tras bambalinas. En esos momentos también había un importante movimiento de invitados y dirigentes, que aprovechaban para analizar el desarrollo del debate. En la primera pausa, por ejemplo, luego de abordar los ejes de economía y de educación, Manzur estuvo charlando con gesto adusto con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, y con Héctor Daer, el secretario general de la CGT.
El primer debate dejó mucha tela para cortar y una perla más que escapó a muchos de los televidentes: Bregman se retiró sin saludar a los rivales. Los demás se saludaron con la mano, excepto entre Massa y el cordobés.
En siete días los candidatos tendrán su última chance de tratar de convencer al electorado.