Joaquín Galindo y Abel Amaya correrán los 5k. El será el lazarillo del atleta ciego de 31 años que representó a la provincia en varias competencias de deportes adaptados. "Vamos por muchas más", dice Amaya luego de terminar el trámite de acreditación frente al paredón de La Hoya. 

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Compañeros de siempre

"Desde  2011 nos conocemos", aporta el dato Galindo que fue compañero de Abel en la Licenciatura en Comunicación Social. Él es más amateur que Amaya, pero se animó. No sé quería perder la oportunidad de vivir la experiencia. "Vamos a su ritmo, pero al final lo voy a exigir un poco", aseguró. 

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La dupla no se animó a la distancia más larga por un particular motivo. "Me hice un tatuaje", contó Joaquín entre risas. Una obra de arte sin cicatrizar todavía en su pierna izquierda que muestra un bosque con prolijos pinos altos en color negro que Abel no puede apreciar, lógicamente, porque por un desprendimiento de retina no ve desde los 11 años. Aprecia otras cosas de su amigo. "Vamos a terminar que es lo importante y disfrutar", dijo sonriente Amaya.