Poco se sabe de las hijas de la “Joaqui”. La jurado de Got Talent prefiere resguardar su intimidad y criar a sus niñas, Shaina y Eva, lejos de los reflectores y las cámaras. Pero en las últimas horas estuvo de invitada en Podemos Hablar y contó cómo la maternidad le salvó la vida.
Joaquinha Lerena de la Riva nació en Mar del Plata en 1995. De pequeña vivió una dura situación económica por lo que su madre decidió mudarse solas a Costa Rica. Durante su adolescencia, la joven que se convertiría en la “Joaqui” atravesó momentos difíciles a raiz de sus consumos problemáticos.
Pero a sus 21 años viviría, según contó, el hecho que le “salvó la vida” y que marcaría un antes y un después en su historia.
La “Joaqui”, de madre soltera a referente de la música
Entre 2016 y 2017, la “Joaqui” se enteró que estaba embarazada. Con 21 años fue madre por primera vez, pero estaría destinada a criar sola a Shaina, su primera niña. Si bien ser madre logró recomponer la relación con su padre, no ocurrió lo mismo con el padre de su hija.
“Cuando quedé embarazada de mi primera nena le conté al padre, él me dijo que no tenía ningún interés, él quería seguir su vida de droga y descontrol y yo me fui por un lado y él por el otro”, relató.
Lejos de renegar de su situación, la cantante reconoce que eligió hacer con sus hijas todo lo que le “hubiera gustado” que hicieran con ella y no se dio. “Dependía de mí que esa persona no sintiera un montón de cosas que yo sentí”, reconoció sobre su hija.
Tres años después llegó Eva, su segunda hija, de un padre diferente. Pero la situación se repitió y eligió alejarse. Para salir de una relación de plena violencia, la “Joaqui” obtuvo el apoyo incondicional de una artista destacada de la música moderna. Fue Cazzu quien le ofreció hospedaje para que dejara al hombre que la maltrataba.
Cuando nació Eva, la artista se reconoció en peligro en su relación. Pero no podía pedir ayuda a su abuela, que estaba enferma, y le avergonzaba confesarle a su padre lo que estaba viviendo. Por eso decidió llamar a Cazzu. “Me dijo ‘bueno, ya tenés un departamento listo en tal lado, un auto te va a buscar en tal lugar’”, contó sobre la mano que le tendió su amiga.