Ayer se cumplieron seis años de la muerte de Hugh Hefner, el magnate creador de la revista Playboy, que hoy vende millones de ejemplares por mes. El creador del imperio XXX creció en el medio de una familia conservadora, fue virgen hasta los 22 años y casi al final de su vida fue denunciado por múltiples abusos sexuales ocurridos en su emblemática mansión.
Oriundo de Chicago, donde nació el 9 de abril de 1926, Hugh Marston Hefner tuvo una adolescencia marcada por las enseñanzas de su familia, cuya orientación era metodista ortodoxa: sus posiciones conservadoras convirtieron la intimidad y el placer en un tabú.
“Teníamos terminantemente prohibido el alcohol y había ciertos temas que no se podían hablar, igual que mostrar los sentimientos y cualquier contacto de tipo corporal. Mi mamá no me besaba para no transmitirme bacterias. No perdí la virginidad hasta que cumplí 22 años”, llegó a detallar el padre de las revistas eróticas en una entrevista con El Mundo.
Sirvió en el ejército de los Estados Unidos durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial y aunque inició la carrera de psicología terminó interesándose en el periodismo.
Hefner trabajó en distintas publicaciones antes de darle forma a la propia, basada en la sencilla idea de mencionar sin tapujos ciertos tópicos rayanos a la polémica.
La revista Playboy publicó su primera edición en diciembre de 1953 y tuvo a Marilyn Monroe en la portada. Hefner había comprado una fotografía de la actriz desnuda, tomada antes de su éxito en Hollywood, y la utilizó como desplegable dentro del primer número. La publicación se convirtió de inmediato en una sensación, superando las 53.000 copias vendidas durante sus primeras semanas.
Playboy se convirtió en la publicación precursora del erotismo gráfico y su éxito le permitió a Hefner ampliar el negocio hasta construir un imperio que incluyó desde una cadena de clubes nocturnos hasta casinos y hoteles.
Hefner se casó con Mildred Williams, su primera esposa, y tuvo dos hijos con ella. Sin embargo, durante su matrimonio descubrió que la monogamia no era lo suyo y que además gozaba de una líbido privilegiada. Ya con una fama mundial a cuestas, Hugh se mudó a la famosa mansión ubicada en la ciudad de Chicago, que luego se trasladó a California.
La mansión de Playboy: celebridades, orgías y denuncias por abusosEl empresario volvió a aquella residencia en sede de orgías multitudinarias, de las que participaban actrices y modelos de renombre. La figura de Hefner se volvió cada vez más enrevesada con el correr de los años y, a inicios de los 2000, las denuncias con respecto a eventuales abusos tuvieron una explosión inesperada.
Varias de sus novias, también catalogadas como “conejitas” en base al logo de la compañía, advirtieron que el editor las obligaba a cumplir reglas estrictas. Las violaciones se reproducían de a montones.
El magnate, de todos modos, negaba cada acusación y advertía que, más allá de su edad avanzada, mantenía entre cuatro o cinco encuentros con chicas por día gracias a los efectos del Viagra. “No quiero renunciar a la capacidad de asombrarme. y me encanta sentir un vuelco en el corazón”, llegó a señalar el multimillonario.