Ya son 11 los partidos que Atlético disputó con la dupla conformada por Favio Orsi y Sergio Gómez y, a pesar de que los resultados son favorables (consiguieron seis victorias), lo cierto es que el equipo sigue sin consolidar una idea de juego. Como consecuencia, muchos futbolistas no explotan su mejor rendimiento; tal cual es el caso de Joaquín Pereyra quien parece no encontrar su lugar dentro del campo.
Si bien su calidad se mantiene intacta aportando su visión de juego, velocidad y espléndida pegada, el “10” no luce cómodo recostado por la banda sin poder lograr su oficio como extremo por izquierda.
Debido a su naturaleza como mediocampista interno, el jugador tiende a recibir a un costado y proyectarse hacia el centro del ataque lo que provoca una sobrepoblación en ese sector con Ramiro Carreras. El ex Cruz Azul es quien conforma el doble cinco junto a Guillermo Acosta, gracias a su gran sacrificio defensivo en la zona medular.
A primera vista se puede considerar que ambos podrían complementarse para la gestación de juego. No obstante, la realidad expone que ni el entrerriano, ni el platense, pueden plasmar sus virtudes dentro del campo ya que, en cada ataque “decano”, uno de los dos debe ceder la conducción hacia el área rival.
Vale recordar que durante la Liga Profesional del 2022 (torneo que fue dirigido por Lucas Pusineri y en el Atlético terminó en la quinta posición), ambos protagonistas jugaron en posiciones invertidas: Pereyra en el interior del campo y Carreras por la banda. De ese modo, Joaquín mostró su mejor versión y se consolidó como una de la figuras del “decano”.
A pesar de lo expuesto, el “10” sigue siendo el jugador más decisivo en la ofensiva de Atlético. Durante todo el primer tiempo frente a Arsenal quiso generar conexiones con los puntas, Ignacio Maestro Puch y Mateo Coronel; aunque ambos se mostraron imprecisos de cara a los tres palos.
A esa situación, se suman sus cambios de frentes hacia la posición de Adrián Sánchez que resultan indescifrables para los rivales. Incluso, gracias a su gambeta, fue el generador del penal que abriría el marcador de un partido trabado.
No obstante, el ataque sigue siendo el gran déficit de un “decano” que solamente marcó cuatro goles en seis partidos.
Por el momento, los resultados acompañan y dan tranquilidad en 25 de mayo y Chile; y sus hinchas se frotan las manos soñando el regreso al plano internacional. Pero la dupla debe ajustar las tuercas necesarias para que la alegría se mantenga en el tiempo.