MARSELLA, Francia.- El Papa Francisco afirmó que los inmigrantes que corren el riesgo de ahogarse en el mar deben ser rescatados, y explicó que se trata de “un deber de humanidad, un deber de civilización”.

Al inicio de un viaje centrado en los problemas migratorios en el Mediterráneo, el líder católico denunció que impedir los rescates es “un gesto de odio”. El pontífice emitió estas declaraciones durante un servicio de oración interreligioso en un monumento en Marsella, dedicado a quienes murieron en el mar.

Francisco llegó a la ciudad portuaria francesa tras un corto vuelo desde Roma y fue recibido por la primera ministra francesa, Elisabeth Borne. El viaje, de sólo 27 horas, se hizo para hacer unas observaciones finales en un encuentro de jóvenes católicos y obispos del área del Mediterráneo.

“Es una crueldad, una terrible falta de humanidad”, dijo Francisco, refiriéndose a la situación de los migrantes en el Mediterráneo en general. En declaraciones desde el avión, también lamentó que después de que los migrantes fueran retenidos en condiciones terribles en campamentos -mencionó específicamente a Libia- luego fueran echados al mar para encontrar un destino incierto a manos de traficantes de personas sin escrúpulos.

Casi 130.000 migrantes llegaron a Italia en lo que va de año, casi el doble que en el mismo periodo de 2022. Según la primera ministra italiana, la derechista Giorgia Meloni, esto convierte la migración en un problema de toda la Unión Europea, y no sólo en una carga para los países receptores de primera línea, como Italia, Malta y España.

La pequeña isla del sur de Italia, a donde llegan a Europa la mayoría de los inmigrantes que realizan la peligrosa travesía en barcos a menudo no aptos para navegar, está más cerca del norte de África que de Sicilia.

Si bien Francisco repite a menudo que el asunto debería ser abordado entre los 27 países de la UE, su apertura general hacia los inmigrantes, incluso calificando su exclusión como “escandalosa, repugnante y pecaminosa”, ha irritado a los políticos conservadores, sobre todo en Francia.

Héroes y víctimas

Francisco dijo que la visita es “a Marsella, no a Francia”. El acto tuvo ecos de la primera visita de Francisco como Papa, a Lampedusa en 2013, cuando rindió homenaje a los muertos en el mar y condenó “la globalización de la indiferencia”.

Los obispos franceses eligieron deliberadamente la ciudad portuaria porque tiene una larga historia de migración, particularmente de Europa, Oriente Medio y el norte de África, y las influencias de estas diferentes culturas todavía se sienten en sus calles. (Reuters)