Las expulsiones vienen siendo un dolor de cabeza para Pablo Frontini y sus pupilos; una de los principales puntos que deben mejorar en La Ciudadela pensando en un sprint final en el que no hay lugar para el margen de error.

Con la expulsión de Nahuel Brunet en Paraná,  el “santo” llegó a siete expulsiones en el torneo (dos durante el período de Iván Delfino y cinco desde que Frontini tomó el timón). En la mayoría de los casos, la causa principal fue el exceso de vehemencia; la falta de control en situaciones límites.

Si se toca este apartado, Franco Meritello es el principal apuntado. En los 23 partidos que disputó, recibió tres tarjetas rojas (dos por doble amarilla): en la fecha 6 frente a San Telmo, en la 22 contra Nueva Chicago y en la 29 con Defensores Unidos. Junto a Alán Robledo de Alvarado y a Agustín Alejandro Sosa de Temperley, el central mendocino es el jugador que más expulsiones sufrió en el certamen.

Si bien la primera fue a causa de una mano involuntaria, en las otras quedó reflejado el déficit que padece un equipo que perdió futbolistas claves por no saber controlar sus impulsos. Primero un codazo en la cara de Julián Gauna –en una pelota que parecía dominada contra la banda-; luego, una patada casi en la nuca a Tomás Bellido, con la pelota ya afuera.

Otro que sufrió una expulsión que podía haberse evitado fue Juan Orellana. Contra Agropecuario, y cuando el juez ya había sancionado una falta en favor del “santo”, el oriundo de Taruca Pampa le asestó un codazo a Diego Diellos. Y así, San Martín debió remarla con 10 hombres.

Leonel Bucca es uno de los estandartes del medio campo de San Martín. Sin embargo, tampoco se salvó de ver la roja. Ante San Martín de San Juan se tiró dos veces con lo pies para adelante en una misma jugada y el juez le indicó el camino de los vestuarios.

ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

En ese momento, Frontini se había mostrado autocrítico con el accionar de sus dirigidos, haciendo referencia a lo difícil de jugar en inferioridad numérica en cada partido. “Agropecuario, Chicago, Defensores Unidos...son varios partidos en los que nos quedamos con 10 hombres en el primer tiempo. Tenemos que seguir hablando con los chicos; se tienen que dar cuenta de muchas cosas dentro de la cancha. No podemos tropezar todos los partidos con la misma piedra. Es muy difícil jugar siempre con 10”, había dicho el entrenador luego del partido en Cuyo.

Pero luego llegó la de Brunet en el “Presbítero Grella”, quien se puso a pelear con Mateo Levato e Ignacio Russo cuando nada tenía que hacer en un “cónclave” entre los jugadores del “patrón” y el juez Diego Ceballos, a quien le reclamaban un penal.

Más allá de que en varios partidos (justamente también le sucedió en Paraná) el “santo” logró dar con su mejor versión luego de recibir una tarjeta roja, en el fútbol actual es una ventaja enorme disputar un  juego con un futbolista menos. Mucho más en instancias finales, tramo en el que está inmerso San Martín.

“Se vienen partidos muy importantes y no podemos dar ningún tipo de ventajas”, advirtió hace algunos días el capitán Emanuel Dening. “Tenemos que seguir charlando con los chicos y tratar de que entiendan que no podamos recibir más rojas”, había sentenciado Frontini.

Ese será el nuevo reto de Frontini y sus dirigidos de cara a las últimas cuatro fechas en las que el “santo” intentará arrebatarle la cima a Almirante Brown para poder meterse en la final por el ascenso.

De ahora en adelante, los futbolistas deberán tener máxima frialdad para superar las situaciones de alta tensión, porque cualquier contratiempo puede costar demasiado claro y complicar el camino hacia el gran objetivo.