Existe un fenómeno astronómico que marca el día más corto y el día más largo del año, así como también la noche más larga y la noche más corta. Esto ocurre tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur y da inicio al invierno o al verano. El suceso es conocido como solsticio y las culturas alrededor del mundo lo festejan de diferentes formas.

Científicamente hablando, el equinoccio de primavera se dará el sábado 23 en el  hemisferio sur. El hemisferio norte, en cambio, vivirá su equinoccio de otoño en la misma fecha y el mismo horario. Será el día en que el tiempo del día y de la noche estén en perfecta armonía durando 12 horas cada uno.

Si el equinoccio marca el “equilibrio” entre día y noche, el solsticio hace todo lo contrario. El 21 de junio, aproximadamente, el hemisferio norte queda “de cara al sol” por una leve inclinación de la órbita terrestre, según explica National Geographic. Es por eso que en esa fecha, países como Argentina, Brasil y Nueva Zelanda tendrán la menor cantidad de luz, originando la noche más larga y el día más corto del año.

Por el contrario, cada 21 de diciembre, el hemisferio sur vivirá su día más largo y su noche más corta por la leve inclinación del eje de la Tierra hacia el Sol.

Las celebraciones del solsticio en diferentes culturas

Pocos saben que la Noche de San Juan –tan celebrada en Argentina– tiene su origen en ritos paganos por la celebración del solsticio. El hemisferio norte, particularmente, celebraba el solsticio de verano entre el 20 y 23 de junio  y la festividad se trasladó al hemisferio sur. Sin embargo, con la llegada del cristianismo, hubo una transformación en el motivo de celebración.

En la región montañosa de los Pirineos, entre España y Francia, se celebra también el solsticio de verano. Durante la llamada Fiesta del Fuego, los habitantes de las aldeas de la montaña llevan antorchas colina abajo para iluminar los faros construidos tradicionalmente. Los jóvenes tienen un rol destacado ya que su participación en el evento marca el paso de la adolescencia a la edad adulta.

Los eslavos festejan Ivan Kupala –o Ivana Kupala–, celebración en la que se usan coronas de flores y se baila en torno a hogueras. Algunas personas saltan sobre ellas para asegurarse un buen pasar el próximo año, explica National Geographic.