Tuve el privilegio de estar presente, junto a otros dirigentes en representación de la Asociación Tucumana de Tenis, en la apertura de la serie de Copa Davis entre nuestro equipo nacional y Lituania. Fue un sábado positivo para el equipo con sendas victorias, eso sí, ambas muy disputadas contra un rival mucho más duro de lo esperado. En primer turno Francisco Cerúndolo, batalló más de la cuenta (ganó por 6-1, 6-7 (8-6) y 6-2 a Vilius Gaubas). Los problemas fueron producto de sus propios altibajos, que deberá pulir a futuro, pero no tengo dudas que tiene un enorme potencial que lo llevará en el corto plazo a ser top-ten. En segundo turno, Sebastián Báez tuvo un duelo mucho más parejo, de esos partidos “chivo” por las características y antecedentes del rival (venció a Ricardas Berankis, ex 50 del mundo, por 7-6 (7-6), 5-7 y 6-3), pero supo hacer prevalecer su juego aún en los momentos más duros con su principal virtud, que fue nunca bajar los brazos.
Felicito a la Asociación Argentina de Tenis por la organización. Uno no dimensiona el esfuerzo económico y logístico que conlleva un evento de estas características hasta que lo vive en detalle. Espero y deseo que hoy coronemos la victoria en el dobles para cerrar tempranamente una serie que nos permitirá continuar en el Grupo Mundial al cual Argentina, por actualidad y por historia, no debería abandonar.