Vivimos tiempos difíciles en lo que hace a los espacios públicos. Las autoridades se quejan cada vez más frecuentemente de las dificultades para reponer las estructuras dañadas por el vandalismo o por el mal uso y de los problemas que esto genera para los ciudadanos. Así ocurrió hace pocos días con los elementos de la Plaza Independencia, así como con las columnas de iluminación de calles y avenidas y de los parques.

Ante la inminente reinauguración del esperado Palacio de los Deportes en el parque 9 de Julio, que tendrá lugar el próximo 29, Día de la Ciudad, convendría pensar en el futuro de la estructura, que ha sido una de las grandes frustraciones tanto por las complicaciones para repararla como por el constante vandalismo que la ha caracterizado, así como a la zona este y sureste del parque, donde se encuentra emplazada.

Probablemente en el acto de presentación del remozado palacio, que ha de traer recuerdo de grandes espectáculos y de competencias realizado en su interior y en sus adyacencias, se hable del las características de la remodelación varias veces fracasada por cuestiones económicas y por su especial estructura.

También, del impacto que ha tenido entre los tucumanos y de las ilusiones, frustraciones y esfuerzos que ha representado, del proyecto original, del uso que se se preveía que iba a tener y de las ideas que fueron surgiendo con el paso del tiempo.

El edificio se encuentra en un área que, tras el largo olvido, ha sido refuncionalizada. El sector de la ex escuelita ubicada bajo las gradas del ex autódromo (hoy pista de ciclismo) es ahora zona de albergue, con iluminación, personal de contención y de vigilancia. Algunos de los viejos baños circulares de la zona han sido reestructurados para que funcione la guardia urbana, lo cual les ha dado nueva vida. Esa misma idea se aplicó en su momento para renovar el baño en la casa del Obispo Colombres, que en la actualidad tiene un desempeño eficiente para el turismo.

Estos conceptos de mantenimiento y vigilancia son claves para pensar en el futuro del palacio, que necesita una agenda de uso constante, tanto en lo que hace a actividades deportivas como de espectáculos, ferias y acaso convenciones, que requerirá una logística especial. Uno de los problemas del edificio, y del parque 9 de Julio en general, ha sido la falta de personal específico y de atención permanente. Espacios Verdes, que tiene sede cerca del lago, tiene 200 empleados para todos los parques y plazas. Todo ello, a pesar de que había personal de una oficina municipal que desarrollaba tareas en las instalaciones, pese a su precariedad tanto de baños como de techos.

Tener definido el uso determinará el personal que requiere y los recursos que hará falta para mantener este lugar emblemático y patrimonial que es utilizado constantemente por los tucumanos de la capital y del interior. Asimismo, es importante pensar el cuidado del sitio en este tiempo de constantes agresiones vandálicas a los espacios públicos, que no se han podido resolver eficientemente, pese a las mesas de estudio realizadas entre diferentes áreas de la Municipalidad, de la Policía y de la sociedad.