En cuatro cartas de lectores de LA GACETA se advirtió sobre débitos no autorizados en las cuentas bancarias de jubilados, que se realizan desde hace tiempo. Hace pocos días, además, trascendió que el organismo nacional de Defensa del Consumidor registró 300 denuncias de adultos mayores contra una empresa que brinda servicios de cobranza. Las cartas de tucumanos confirman que estos descuentos parecen estar realizándose a gran escala, por lo que correspondería que haya un involucramiento serio de las autoridades –se sabe que hay denuncias al respecto en Comercio Interior de la provincia- para proteger no sólo a los adultos mayores, sino a todos los usuarios del sistema bancario.

La primera carta, del 7 de agosto, reclamaba por el descuento no autorizado llevado a cabo por una empresa de salud y en ella el lector protestaba por la facilidad con que “las cajas de ahorro pueden ser manipuladas por cualquier funcionario de turno”, así como les exigía respuestas a funcionarios de Anses, de los bancos y a la Justicia. “¿Cómo defenderse ante este atropello?”, se preguntaba. En la segunda carta, cuatro días después, una lectora contó que gracias a esa primera denuncia había descubierto que también le estaban descontando de esa empresa de salud y además reclamaba por la facilidad con que alguien en el sistema decidía que se agregara una nueva obra social a las dos que ya tenía. En una tercera carta, del 29 de agosto, otra lectora denunció que había descubierto que había muchas víctimas de lo que llamó el “robo hormiga” a manos de la mencionada empresa de servicios de cobranza y si bien dijo que ante su reclamo en el banco rápidamente se anuló el descuento, advirtió sobre la facilidad con que se llevan a cabo esas maniobras, que describió con una frase llamativa, tomada –dijo- de un refrán de su abuela: “Muchos pocos hacen grandes muchos”. En una cuarta carta, del jueves pasado, un lector hace referencia a que aunque se haga el reclamo y se suspenda el débito, “todo el dinero antes descontado jamás le será devuelto” y se plantea que “es de suponer que estas maniobras dolosas no serían posibles sin la connivencia de funcionarios de diversos niveles del gobierno”.

Se sabe que ha habido al menos 300 denuncias ante Defensa del Consumidor sobre estos débitos no autorizados. Así aparecen en la página oficial del organismo que se encarga de velar por los derechos de los consumidores. La primera denuncia se remonta a enero de 2022 pero en los últimos días el número de reclamos se multiplicó. Las quejas no se circunscriben a los clientes de un banco en particular sino que afectan tanto jubilados con cuentas en entidades públicas como privadas. El defensor nacional de la tercera edad advirtió, en una publicación de Buenos Aires, que este tipo de maniobras “aparecen siempre” y recomendó seguir los pasos de cuidado: comunicarse con la Defensoría del Pueblo o Defensa del Consumidor para impulsar los reclamos correspondientes. Además, el Banco Central informa que en caso de detectar un débito en cuenta no convenido o pactado, se puede solicitar su reversión y efectuar el reclamo ante la empresa que originó tal débito, y también ante la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, y siempre se puede solicitar la baja definitiva del débito indistintamente ante la entidad financiera o la empresa receptora de los fondos. También se recomienda consultar sobre descuentos en “Mi ANSES > Jubilados y pensionados”, así como revisar siempre los recibos de haberes y conocer los descuentos habituales para chequear si hay situaciones anormales.

No obstante, el sistema debería tener severas medidas de protección y alertas inmediatas para evitar este tipo de maniobras, y la respuesta tanto administrativa ante los reclamos, como judicial para castigar a los responsables tendrían que ser igual de expeditivas, a fin de cortar con estos descuentos indebidos. Como dijo el lector de la primera carta, “no hay perdón para esta gente, porque se aprovechan de personas indefensas que deberán ahora preocuparse en realizar trámites bancarios para que no le sigan robando, estando muchos de ellos con distintos grados de discapacidad”.