El arándano fue el gran éxito de la fruticultura moderna, ya que tanto en el hemisferio norte como en el sur se registró un boom de plantaciones. En el hemisferio sur, primero se dio en Chile y en Argentina; luego, Perú y Sudáfrica que se volcaron a pleno a su cultivo y comercialización, y en solo cuatro años se duplicaron los volúmenes australes exportados. Para la campaña que se está iniciando se esperaba superar el medio millón de toneladas de exportación. Pero lo más probable es que el clima errático no permita que se alcance tal objetivo.

“El cambio climático se hace cada vez más notorio y ya no existe región productora que no haya sufrido un evento climático extremo. Incluso regiones que eran consideradas ideales para su cultivo ya no lo son. Por lo cual, se torna cada vez más difícil hacer un pronóstico, dado que hay que ajustarlo constantemente ante inesperadas lluvias, olas de calor o heladas atípicas. Cuesta hallar cultivos bajo condiciones ideales”, indicó Betina Ernst, de Top Info.

La temporada del hemisferio norte, que está por finalizar, también mostró estas complicaciones. España sufrió falta de agua, una primavera fresca y un verano muy largo y caluroso. La campaña fue más corta y con menor producción a lo habitual.

Las regiones del norte de Europa sufrieron la alternancia de temperaturas, períodos de seca y otros de exceso de lluvias. Similares situaciones se sufrieron en Norteamérica. En el noroeste (Estados de Oregón, Washington y British Columbia) se registraron varias olas de calor extremo y sequías. Por todo esto, en el hemisferio norte la campaña finaliza anticipadamente y con volúmenes menores a lo esperado.

Perú

El hemisferio sur tampoco se salva de las locuras del clima. En este momento, Perú está sintiendo fuertemente el cambio. De prácticamente no producir y exportar arándanos, en muy pocos años se transformó en el número uno mundial gracias a su buen clima, disponibilidad de tierras, agua, mano de obra y empresarios emprendedores. A raíz de ello, el mundo quedó sorprendido con la noticia de que este año se presenta más complicado para Perú. El responsable es el fenómeno del “Niño”, que se presenta como un “Superniño”, y ubicó las temperaturas 4° C a 5º C por encima de la media. Prácticamente no hubo invierno en Perú. Esto alteró a los cultivos de arándanos: retrasó la maduración de las frutas y cayó el rendimiento. Una de las variedades más afectadas, la Ventura, es una de las más plantadas -en 2022/23 aportó un 35% de las exportaciones-. Lógicamente el efecto varía según localidad y variedad. Se espera que la merma se registre, principalmente, al principio de la campaña, y que en unas semanas la situación se normalice. Pero la incertidumbre continúa al tratarse de fenómeno desconocido, lo que complica la programación de la campaña.

Chile

Chile tampoco inicia la campaña con los mejores augurios. El invierno se presentó hasta ahora templado, lo que podría llevar a que algunas variedades no logren acumular las horas de frío para una plena producción.

Pero lo que más preocupa en este momento fue el fuerte temporal de mediados de agosto en el centro-sur de Chile. Este se dio en las principales regiones productoras de arándanos, entre O’Higgins y Biobío. Junto con las cerezas, son los cultivos más dañados debido a las intensas lluvias, a los fuertes vientos y al anegamiento de campos. A esto se suma la destrucción de la infraestructura. La Federación de Productores de Frutas de Chile previó una pérdida de al menos U$S 400 millones, debido a los estragos ocasionados por el sistema frontal.

A pesar de estas complicaciones se estima que las mermas se podrán revertir. Perú y Sudáfrica están en fase expansiva, por lo cual hay nuevas superficies que podrán compensar el menor rendimiento. También Chile tiene un gran potencial, por lo cual podría derivar un mayor porcentaje a la exportación en fresco.

Debido a ello se estima que, a pesar de la incertidumbre, se podrá abastecer a los mercados del norte con suficiente volumen y una calidad de frutos de buena a muy buena. En la campaña 2022/23 Perú logró exportar 286.000 toneladas; Chile, 88.000 toneladas; Sudáfrica, 21.000 toneladas; y los proveedores menores, unas 10.000 toneladas. Se espera que también este año se logre alcanzar -e, incluso, superar- las 400.000 toneladas exportadas por el hemisferio sur.