Mientras por la noche Tucumán se prepara para descansar, un pequeño y escondido bar de la capital se vuelve centro del movimiento nocturno. De a poco, “misteriosas” sombras se reúnen; empiezan a llegar, desde las 21, con un objeto bajo el brazo. Es, generalmente, pequeño y cuadrado, aunque se lo ve en muchas (y diferentes) formas. Y mientras más llegan, más de esos elementos aparecen: son tableros. Y nada menos que tableros de ajedrez. Es que por las noches, dos miércoles al mes, los amantes de este juego se encuentran para divertirse en un ambiente único en la provincia: sin competencias y (ahora) entre amigos, se juntan a jugar un rato. Y a tomar una cerveza también.

Estamos hablando de “Pinta Ajedrez”, un movimiento que empezó hace un año y que lleva los tableros de bar en bar. “El ambiente del ajedrez es, generalmente, muy competitivo. Por eso decidimos con Jime (Kalbermatter, otra de las impulsoras del evento) abrirnos de eso para esta movida, más informal, en bares. No hay nada más serio que un torneo; no podés hacer ruido, no podés hablar... Y esto es todo lo contrario; le quitamos esa seriedad para venir, reírnos, compartir y tomar algo rico”, resume a LA GACETA Dante Faedda, organizador de las jornadas. “Los que venimos jugando hace mucho nos cansamos de ese ambiente. Esto es distinto”, agrega Belén Navarro, que -advierten- es una de las mejores jugadoras de la provincia. Dante completa la idea: “estábamos medio saturados del ambiente competitivo. Esto se hace entre amigos; yo no estoy midiéndome con otros. Sí, hay niveles, porque hay muchos jugadores, pero venimos a divertirnos”.

PINTA. La movida, descontracturada, busca que los jóvenes compartan algo mientras juegan.

No hay mucho del ajedrez convencional en las reuniones. Sí, hay tableros, pero alrededor se ubica alguna “birra”, algún gin tonic, una generosa porción de papas con cheddar o una pizza. No hay cronómetros tradicionales como en las competencias, pero sí algunos celulares se utilizan para medir el tiempo. Tampoco hay silencio ni un ambiente controlado: mientras los chicos juegan, la música suena y las luces de colores hacen que el ambiente sea festivo.

De todo un poco

Algunos jugadores ya experimentados encontraron en Pinta Ajedrez la oportunidad de despuntar el vicio, y otros tantos se sintieron atraídos por la novedad. “Aprender no es tan difícil como parece. Yo vine por curiosidad, y acá me enseñaron todo”, dice Julieta Salas, que hace algunos meses se sumó a la movida. En cada jornada participan alrededor de 35 jugadores. “Siempre hay nuevos; la gente se acerca, mira y pregunta... Por ahí nosotros vemos que se interesan y tratamos de invitarlos a sumarse”, añade. La clave es, simplemente, comenzar: con mover las piezas es suficiente. “Y te puede enseñar cualquiera; podés aprovechar videos, aplicaciones... hay mucho autodidacta. De hecho, varios de los que están acá han descubierto el ajedrez en pandemia, en línea”, asegura Belén.

Lo bueno -destacan todos los jugadores- es que en Tucumán hay muy buen nivel, aunque no todos quieren competir. Sergio Gómez Villalobo juega al ajedrez desde chico. “Había clubes, y ahí me enseñaron. Participé de torneos y conozco bastante el circuito del deporte; es bastante exigente. En algunos lugares no se permite distenderse ni hacer ruido -reflexiona-; acá es distinto, se juega al ajedrez clásico, pero también se pueden hacer torneos de a dos... es más divertido. Y acá la competencia existe, pero no es algo de vida o muerte: si perdés, no pasa nada. Venís a compartir”.

“Lo que pasa es que el ambiente ‘real’ del juego es complejo. Es muy competitivo, y no es lo que busco. Para estar a ese nivel tenés que dedicar mucho tiempo de tu vida, y yo prefiero usar mi tiempo en otra cosa. Este espacio me da la posibilidad de no desconectarme del ajedrez, y de pasarla bien. Además, apoyás una movida única en la provincia”, suma Alfredo de Filippo.

Experiencias que atraen

En una mesa -alejada de la música y las luces de colores- están Diego y Roberto. Serios, no levantan la mirada del tablero. Piensan con mucho cuidado cada uno de sus movimientos y, aunque son amigos, ambos quieren vencer al oponente. “El ajedrez es una ciencia, pero también un arte; un orden que está bien desordenado. Es como meterte en un mundo paralelo, donde tenés la posibilidad de ser un héroe y derrotar al ejército enemigo. Eso es lo que tiene de atrapante este juego”, reflexiona Roberto.

Esta experiencia -advierte Diego- les brinda a los amantes de esta práctica la chance de hacer colectivo lo individual. “El ajedrez tiene algo, y es que puede ser un vicio solitario, más con la pandemia, que mucha gente se enganchó por Gambito de Dama (la serie, de Netflix). Y este tipo de actividades te sacan de ese vicio solitario, que puede ser adictivo, y te lleva a otro plano social, donde hay cosas además del juego, y hacen la experiencia aún más atractiva. Este Pinta Ajedrez te permite eso; venir, pasar un buen rato y armar nuevas amistades”, resume.

Dónde y cuándo

Pinta Ajedrez se realiza los dos primeros miércoles de cada mes, en diferentes locaciones. Esta noche, los amantes del ajedrez se encontrarán en el bar Santos Discépolo (La Rioja 219) a partir de las 21. Habrá torneo con premios. Más información en @pintaajedreztucuman en Instagram.