El salario de los argentinos es el más bajo de los últimos 20 años; la asignación universal por hijo sólo cubre el 26% de la canasta básica y los sindicatos no dicen nada; algo no está bien. Acabamos de ver un importante recorte del presupuesto educativo; sin embargo, ni los gremios docentes, ni las agrupaciones estudiantiles, ni el secretario general del sindicato de educación de Buenos Aires, Roberto Baradel (que tantas huelgas supo hacer en el gobierno anterior) dicen algo al respecto. ¿Qué está pasando? Se podría pensar que es por cuestiones ideológicas afines al Gobierno que hacen oídos sordos a estas situaciones gravísimas tan evidentes; o será por intereses non sanctos. ¿Es por eso que muchos sindicalistas son multimillonarios? ¿Y con los jubilados, qué sucede? La jubilación mínima es de $70.938 (sin contar los bonos que no son parte del salario). La canasta básica alcanzó un valor de $ 232.429, es decir que más del 70% de los jubilados están abajo del nivel de pobreza. Para los jubilados que cobran la mínima asignación en los últimos siete meses tuvieron una baja del 8,7 % en el valor de compra y para los que no reciben bonos, la caída de sus haberes llegó al 11,7%. Es decir que los que más pagaron para jubilarse, su salario se hace cada día menor y eso es muy injusto, especialmente si pensamos que mucha gente cobra la jubilación sin haber aportado como indica la ley. El incremento del 23,29% anunciado por el Gobierno ya se perdió con el aumento de precios ocurrido por la suba del dólar. El incremento de los salarios a los jubilados siempre es menor con respecto a la suba de los precios. ¿Qué pasa con los sindicatos, asociaciones y círculos de jubilados que no dicen ni hacen nada? ¿Los jubilados y pensionados somos una fuerza de 8,5 millones de personas y no la usamos para pedir justicia? ¿Tendremos que cambiar nuestros representantes?

Antonio Navarro 

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