Nunca es tarde para aprender un nuevo idioma. De hecho, es recomendable hacerlo, ya que activamos procesos cognitivos y ponemos a trabajar a nuestro cerebro mientras incorporamos un nuevo conocimiento. Si bien este tipo de aprendizaje ocurre en edades tempranas, las personas adultas también pueden aprovechar de sus beneficios. Según la profesora Sofía Taddei, quien tiene a su cargo los cursos de inglés de Epam (Educación Permanente para Adultos Mayores) de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNT, incorporar un nuevo idioma aporta agilidad mental y nuestro cerebro libera dopamina en todo el proceso. Así lo detalló la profesional a LA GACETA hace unas semanas, en un informe en el que destacó que los beneficios no son solamente intelectuales, sino también anímicos. Por eso, explicó que es “sumamente importante poder aprender de una manera amigable, amena y profesional” y tener en cuenta el concepto de neuroplasticidad, “que es la potencialidad del sistema nervioso de modificarse para formar conexiones nerviosas en respuesta a la información nueva, la estimulación sensorial, el desarrollo, la disfunción o el daño”.

La tecnología puede ayudarnos a encontrar esa estimulación, en cualquier edad, no solo porque aporta nuevos recursos sino también porque en el desarrollo de aplicaciones surge un concepto interesante que funciona detrás de las aplicaciones más populares para aprender idiomas. La “gamificación”, o el aprendizaje a través de juegos, se ha vuelto muy popular en los sistemas educativos y es el motor que está detrás de propuestas como Duolingo o Elsa Speak, dos de las herramientas más interesantes para aprender una nueva lengua. La “gamificación” es una estrategia educativa y profesional que incorpora elementos de juegos en contextos de aprendizaje y trabajo, con el propósito de mejorar resultados, ya sea facilitando la asimilación de conocimientos, fomentando habilidades específicas o reconociendo acciones concretas. Esta metodología motiva a los participantes mediante técnicas lúdicas como la competencia, los desafíos y las recompensas, generando compromiso y una experiencia positiva.

Duolingo es quizás la aplicación más popular y multiplataforma, ya que se puede aprender a través de celulares y computadoras. El “juego” está planteado en etapas y niveles, comienza con una introducción en la que se aprenden herramientas para pedir un café, saludar o presentarse. Luego viene una sección dedicada a viajes, una orden en un restaurante y una situación en la que hay que pedir información a un desconocido. Todos los niveles tienen vocabulario, claves gramaticales y ejercicios para reforzar lo aprendido, tanto para la lectura, la pronunciación y la escritura. En total son nueve etapas y cada una tiene entre 10 y 30 secciones. Además, existen opciones para mejorar la pronunciación del idioma, repaso y una competencia con insignias que representan los niveles alcanzados. Casi todas las opciones de Duolingo son gratuitas y eso la convierte en una de las aplicaciones más elegidas por los estudiantes

Elsa Speak, en cambio, sí tiene opciones pagas. Pero esta herramienta se presenta como una tutoría personal para mejorar la pronunciación de inglés, asistida con inteligencia artificial. Al igual que Duolingo, el progreso en esta aplicación también se mide en puntos, pero no presenta un camino por recorrer. En su pantalla de inicio se pueden elegir por lecciones diarias, mejorar la pronunciación, estudiar por temas u obtener un certificado. Algo muy interesante que tiene Elsa es un test de nivelación, enfocado en pronunciación. Con esta opción se puede obtener rápidamente un diagnóstico del nivel del estudiante. Todo se hace a través del teléfono.

Existen otras aplicaciones como Babbel y es quizás la que más se acerca a un curso tradicional de inglés, por la metodología y la estructura de oferta de contenidos. Se pueden elegir 14 idiomas para aprender y todos los aprendizajes están enfocados en objetivos a conseguir y áreas temáticas para aplicar dichos conocimientos. Babbel también se diferencia de las otras aplicaciones por su modelo de negocio, ya que todos sus cursos son pagos. Un mes de curso cuesta ocho dólares. Y finalmente, podemos recomendar HelloTalk, una aplicación que no tiene ni metodología tradicional ni “gamificación”, sino que está basada en un aprendizaje social. Aquí se puede aprender más de cien idiomas ya todo el entorno está basado en chats con usuarios de diferentes países. Al estilo de red social, las personas se presentan y definen los idiomas en los que están interesados. Todo comienza con “hola”, pero se pueden usar fotos, mensajes de voz y hasta videos para comunicarse con desconocidos.

Con incentivos de puntos o a la vieja escuela del chat, se puede aprender una nueva lengua y descubrir que todavía estamos a tiempo de conocer mucho más del mundo y de nosotros mismos.