La Alianza Francesa de Tucumán está cumpliendo 100 años, y uno de sus invitados es el pianista franco-iraní Nima Sarkechik, Habitué de la provincia desde hace tiempo, entre otras intervenciones el artista desarrolló junto a tucumanos, antes de la pandemia, su proyecto “Urban Brahms Argentina”.
En la actual visita ya tocó en conciertos sinfónico y de cámara. Ahora abordará uno de los monumentos pianísticos: el Concierto N° 3 en Re menor op. 30 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninoff.
Lo hará en la segunda parte de El Romanticismo en la Europa Oriental, la propuesta que la Orquesta Sinfónica de la UNT dirigida por Roberto Buffo, ofrecerá hoy a las 21 en el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez). “Abordamos dos compositores icónicos: Antonin Dvorak y Rachmaninoff. De Dvorak interpretaremos en estreno una transcripción para vientos, contrabajo y percusión de sus Bagatelas, cinco piezas cortas inspiradas en el folclore checo. Y también dos valses vieneses escritos a la manera de Brahms”, señala Buffo. En tanto el solista da detalles de su intervención:
- ¿Cómo surge la idea de tocar el Concierto N° 3 de Rachmaninoff con la orquesta?
- Celebramos el 150 aniversario de Rachmaninoff y quisimos ofrecer este concierto, que sigue siendo una rareza. Con Buffo es posible afrontar desafíos, con el único impulso de la alegría de tocar una de las páginas más bellas de la literatura pianística.
- ¿Podés describir sintéticamente la obra?
- Es una obra concertante, donde el piano ocupa un lugar solista por excelencia. Los efectos de estallido de un romanticismo ardiente se codean con una profundidad casi púdica. El primer tema del primer movimiento es una oda eslava, melancólica y serena. La vibración emocional que despliega adquiere proporciones superlativas en una cadencia fuera de escala, de gran potencia. El colmo del romanticismo se alcanza en el movimiento central, donde la improvisación está en una melodía con el aspecto de una balada de jazz, repetida y variada con pasión hasta el movimiento final, verdadera catedral acrobática.
- ¿Qué dificultades técnicas e interpretativas presenta para el solista?
- La escritura de Rachmaninoff se adaptó a su morfología: tenía manos muy grandes e improvisaba. La partición contiene posiciones difíciles de ejecutar, especialmente en la velocidad, pero también la potencia y la energía. Las dimensiones de la pieza son colosales, la información es abundante, muchas notas, indicaciones y detalles.
- ¿Qué importancia tiene el Concierto N° 3 en la literatura pianística?
- Por su revolución técnica, la obra de Rachmaninoff tiende a marcar un punto de inflexión: el lirismo de los temas y la inventiva de su escritura, el despliegue magistral de las posibilidades técnicas del instrumento y del pianista le dan una estatura imponente. Interpretarla es siempre un regalo, una oportunidad, un acontecimiento.
- ¿Cómo sigue tu agenda?
- Permaneceré de este lado del Atlántico hasta el 14 de octubre, con conciertos en Tucumán, Córdoba y en Asunción (Paraguay) y en Buenos Aires. Luego tengo conciertos, proyectos socioartísticos y grabaciones en Europa y África. Debería regresar a Sudamérica en junio de 2024.