“Un abuso te mata el alma. Sufrí muchísimo tiempo por todo esto. Decido romper el silencio de muchos años por dos razones: por primera vez siento que no tengo que demostrar que soy una víctima y, después, para que otras chicas no se queden calladas, que denuncien lo que sufrieron”, aseguró P., una joven monteriza que hoy será protagonista de una audiencia histórica en el Centro Judicial de esa ciudad: los tres acusados de haberla atacado sexualmente acordarán una probation. En el acuerdo también se incluyó un pedido de disculpas por parte de los tres acusados.

El caso se registró en agosto de 2014, durante el viaje de egresados de estudiantes de esa localidad del interior tucumano. Después de un largo proceso judicial, hoy podría cerrarse el expediente. La víctima decidió contar a LA GACETA la pesadilla que vivió todo este tiempo.

- ¿Qué pasó después del abuso que sufrió?

- Fui víctima de bullying social. Por un tiempo dejé de ir a la escuela, porque dos de los acusados eran mis compañeros. Cuando volví, lo hice en otro curso. Tenía mucho miedo y por ese miedo no era consciente de lo que realmente estaba pasando. Daba la sensación de que los que me habían abusado tenían el acompañamiento de la sociedad. Se hicieron remeras con la frase ‘En boca de todos’ y crearon canciones para insultarme.

- ¿Cómo llevó su vida?

- A Bariloche fue una adolescente y volvió otra. Nunca tuve la felicidad plena. Lo que me pasó me hizo madurar desde el dolor, no se lo deseo nadie. Estoy sufriendo por una ley que lamentablemente no me protege. Tuve que aceptar esta resolución por miedo a que la causa prescribiera.

- ¿Cómo se siente ahora que se cierra el proceso?

- Una probation no me reconforta para nada. Sufrí muchísimo tiempo. Me sentía muy sola porque sólo recibía el apoyo de mi familia y de pocos amigos. Tuve pensamientos suicidas. Ni siquiera tuve la posibilidad de irme de Monteros.

- ¿Cómo hizo para convivir con los implicados?

- Fueron compañeros de toda la secundaria. Creo que teníamos la misma edad. Lamentablemente muchos estuvieron influenciados por los coordinadores del viaje, y me dieron la espalda.

- ¿Qué actitud tuvieron los coordinadores del viaje?

- Que en ese tiempo de situación era algo común en los viajes de egresados. Que eso ocurría desde hace bastantes años y que sigue siéndolo. Siempre digo que ellos llaman excesos lo que es un abuso.

- ¿Y después qué sucedió?

- Pocas personas me apoyaron en ese momento. El caso tuvo mucha exposición y quedé en boca de todos. Gente que no conocía me deseaba la muerte por sólo denunciar que había sido víctima de abuso. Muchos se acercaron a pedir disculpas porque sus padres les decían que no se metieran en problemas de otros y otros, que ni siquiera se me acerquen. Con el correr de los años, con la irrupción de varios movimientos, muchos vinieron a pedirme disculpas por no haberme acompañado en este proceso.

- ¿Qué significa cerrar esta pesadilla?

- Significa mucho. Creo que es un caso muy conocido en mi ciudad. Ahora todos somos adultos y me parece que pasó el tiempo suficiente para que todos se dieran cuenta de que fui abusada. No les deseo el mal a ninguno de ellos, sólo quiero que genere un precedente en la provincia. Sé que hay muchas mujeres que pasaron por lo mismo, pero no se animan a denunciar. Prefieren el silencio.

- ¿Qué les diría a esas víctimas?

- Tienen que entender que los tiempos de la Justicia son muy lentos y que muchas veces no tendrán el respaldo que necesitan porque los operadores judiciales no aplican la perspectiva de género. Pero se tienen que animar a denunciar, sin importar la estigmatización y la condena social. Ahora hay mucho más apoyo. Me pasó a mí, después de haber golpeado varias puertas durante años, logré que la defensora oficial Raquel Ferreyra Asís no sólo me escuchara, sino que me apoyara para seguir adelante con mi lucha.

- Pero su proceso estuvo lleno de sufrimiento…

- Sí, porque esta situación me hizo mucho más fuerte. Nunca antes había hablado y puedo pronunciar muchas palabras. Nadie me va a quitar el dolor que sufrí todos estos años. No estoy muy conforme con lo que conseguí, pero es lo más cerca de Justicia lo que lograré tener.

- ¿Pudo rehacer su vida?

- Terminé de estudiar la secundaria en el mismo establecimiento educativo. Luego estudié inglés y actualmente me desempeño como docente. Tengo pareja y formé una familia. Además de trabajar me estoy capacitando para que, desde el lugar que ocupo, poder brindar herramientas para que lo que esté naturalizado ya no esté. El no es no, y punto.

“No es no”: una frase que recorre el mundo

“No es no” es una de las consignas más difundidas en todo el país en los últimos años. “Este lema lleva implícito una segunda interpretación: si no dices que sí, también es no. Nada, ni tu forma de vestir ni tu comportamiento; nada significa que sí. Sólo sí es sí”, aseguran las especialistas en cuestión de género. La frase nació en España en medio de una disputa política, pero rápidamente fue adoptada por organizaciones feministas para fijar postura sobre una manera de violencia de género. Fue replicada en casi todos los países del mundo. “Desgraciadamente en los tiempos que sufrí todo esto no existía y por eso tuve que encarar mi lucha en soledad. Ahora es diferente porque cuento con el apoyo de varios colectivos de mujeres”, explicó P., la joven monteriza que sufrió el ataque mientras viajaba a San Carlos de Bariloche.

Recomendaciones

- En lo posible tratá de evitar las bebidas alcohólicas que te pueden llegar o invitar terceros.

- Si consumiste alcohol en exceso, nunca te quedes sola. Pedí compañía a tus amigas o comunicate con tus padres para que te busquen.

- Jamás aceptes ir a consumir alcohol con desconocidos, mucho menos en un lugar alejado.

- Si estás alcoholizada o dormida y una persona mantiene relaciones con vos, es un caso de abuso sexual.

- No temas realizar la denuncia en la comisaría más cercana o en el Ministerio Público Fiscal.

- Si no te animás a exponer el caso antes las autoridades, comentáselo a un familiar o a una persona cercana de confianza para que te ayude.

- No rompas, elimines o laves la ropa que tenías puesta en el momento del ataque. Pueden ser fundamentales en las investigaciones.

- Si nadie te quiere escuchar, denunciá esta situación en organismos competentes.

- El MPF cuenta con una Oficina de Asistencia a la Víctima para pedir la atención de profesionales.