Escribe Carolina Mantegari
del AsisCultural, especial
para JorgeAsisDigital.com

Tanzania. Dormidos y traviesos

El efecto sorpresa lo deparó al final Javier Milei, El C-Boy, el león que vence solo a la manada de leones asesinos.
Fue en el Parque Nacional Serengeti, en Tanzania (ver National Geographic).

Pero Javier durmió en Argentina a los valientes que estudian la realidad desde los ejercicios conjeturales de adivinación (encuestas).
Aunque también Milei durmió a los distraídos que estudiamos el poder desde la ciencia política.
La vimos pasar de largo sin comprender que -lejos de haberse desmoronado- El C-Boy malherido se mantenía vigente.
Secretamente oculto entre los pliegues de la sociedad policlasista.
Lo celebran representantes de todos los andariveles sociales.
Con predominancia absoluta en la juventud harta de convivir con el fracaso.

Aquí se acertó al definir a Milei como el saludable animador de la campaña deslucida.
Ponía ideas, disruptivas o disparatadas, donde solo había slogans.
Pero aquí también se sobreestimó la magnitud del desgaste. La fragilidad de su estructura.

Cierto gobernador peronista advirtió: “En mi provincia Milei no tiene a nadie que lo represente. Pero tiene votos. 20 puntos que se los vamos a cuidar”.

Probablemente el peronismo, en el afán de dividir el voto opositor de Juntos por el Cambio, cuidó en exceso los votos de Milei.
Y en sectores perfectamente identificados de la Provincia Inviable, no solo los cuidó. Los produjo.
¿Cómo no evocar al travieso mini gobernador que le dijo al joven amigo derechista y blanco?: “Te vas con Milei, yo te banco, vas a sacar dos concejales. Pero van a ser míos”.
Y lo contaba como si Milei fuera, en la práctica, un sub-lema del peronismo.

Los milagros de Massa

Expuesta la autocrítica, la sentencia sustancial se mantiene:
“Si Bullrich le gana a Larreta, el próximo presidente es Massa”.

Patricia Bullrich, la Montonera del Bien, le ganó nomás la interna a Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
El resultado era previsible. Pero no era deseable (otra autocrítica).

La línea País de Sombrero doblegó finalmente a la línea Consenso y Palos.
Pero Sergio Massa, El Profesional, al frente de Candilejas, aún sigue en carrera.
Para esperar a Bullrich en octubre. Pero quien se le viene primero con fuerza es Milei.

Massa está golpeado, pero viene excedido en la atribución de milagros.
El primer milagro de Massa consistió en lograr que el desastroso gobierno de La Doctora -que aún preside Alberto- haya llegado a las PASO de agosto. Un mérito.
Para el ensayo general de las “elecciones tóxicas”.
El segundo milagro radica en que el peronismo -la escuadra que no asume el fracaso- se haya transformado en un frente competitivo.

Se perdió solo por un punto con el opositor que consideró sustancial.
28 a 27 es una diferencia miserable. Casi un empate técnico.
Y Massa quedó apenas a 3 puntos del triunfador Milei, que tiene 30.
Para el peronismo, si se pone firme en modo campaña, no es nada. Tortitas negras.

Aparte, aquí se dijo que ser el más votado en las “tóxicas” no sirve para un pepino. Es una inutilidad estremecedora.
Significa “ganar un torneo amistoso de verano en el invierno tibio”.
Para el título deportivo del lunes que perfectamente se puede superar el miércoles.

El renacimiento del Ángel

Quien emerge con aire, otra vez, es Mauricio. El Ángel Exterminador.
Conforme con exterminar, a través de Patricia, a Horacio, el adversario íntimo que se le había emancipado.
Fue Mauricio quien, en desmedro de los radicales, mantuvo siempre la relación de respeto con Milei, quien lo había colonizado ideológicamente.
Una alianza próxima, entre los competidores Bullrich y Milei, puede ser posible.
Trafican la misma mercadería de la derecha. Pero se configuraría otro panorama.

El renacimiento del Ángel se inspira también en el triunfo magro de Jorge Boga Macri, Paladar Negro I, sobre Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
Como Lousteau vuelve a perder, debe esquivar ser estampado con el Complejo de Filmus.
Y a los radicales de Evolución que conduce Emiliano Jacobitti, El Caudillo Universitario, se le reserva una estrella de proyección nacional.
Maximiliano Pullaro, Encanto del Enigma, de Santa Fe.

Pero Mauricio, a través del primo Jorge, recupera lo único que en el fondo le interesa. El control del Maxiquiosco.
Las inagotables golosinas del Artificio Autónomo. Los chicles, cigarrillos y chocolates, origen vulgar del rencor hacia Horacio.
También Mauricio se debe alegrar con la consagración de Néstor Grindetti, Paladar Negro II, sobre Diego Santilli, El Bermellón, la joya de Larreta.

Pero las tres reivindicaciones (Patricia, primo Jorge, Néstor) distan de atenuar el desencanto de la escudería.
A JxC le fue comparativamente mal. Peor que al peronismo de Candilejas.
La obstinación de Mauricio por aniquilar a Horacio a través de Patricia reprodujo el desgaste del conjunto que fue excelentemente aprovechado por Milei.
Tenían la victoria servida. La desperdiciaron por desgarrarse.

Tres tristes tercios

Después de asegurar Córdoba para el peronismo, por otros cuatro años, Juan Schiaretti, El Gringo, para distraerse encaró la yapa del lanzamiento nacional.
Raspó la olla con Florencio Randazzo, Cartel de Chivilcoy, con la señora Chiche de Duhalde, La Manzanera, y el Dieguito Bossio, El Payador Perseguido.
Pero El Gringo captó 5 puntos que pueden alterar la mínima armonía de los tres tristes tercios (diría Cabrera Infante).
Para donde vuelquen los 5 puntos de estos Brancaleone se consolida el triunfo de alguno de los tres vértices del triángulo. Javier, Patricia o Sergio.

A esta altura Mauricio tendría que transpirar demasiado para alcanzar un acuerdo de Schiaretti con Patricia. Claudicar ante El Paseador de Perros sería poco elegante.
Y Sergio, en todo caso, tiene que apelar a las melancolías del peronismo para persuadir al Gringo con un acercamiento y entonar la marchita.
Con Milei pueden activarse varios puntos de contacto. Coincidencias afectivas del cordobesismo.
¿Roque Fernández? ¿Mingo Cavallo?

El turno de la casta

Tiempo de conjeturas. Incluyen las reacciones del mercado. Con “la camisa dorada de fuerza”. La explica el filósofo Michael J. Sandel (ver «El descontento democrático»).
Con los dilemas del Fondo, que tiene que ponerla. La incertidumbre que provoca Milei favorece paradójicamente a Sergio.

Arranca el turno, por fin, de la vocación política. Arte, corporación y ciencia.
La casta tiene que asumirse y ponerse en funcionamiento electoral. El círculo rojo, en defensa propia, se dispone a evitar el estallido de los valores que se vuelan.

A esta altura La Doctora, desde su silencio protector, no puede resignarse a contemplar el renacimiento del Ángel.
O conformarse con conservar un refugio apacible en La Provincia Inviable. «Su lugar en el mundo». Más que El Calafate.
Puede consolidar la deteriorada vigencia en el territorio que le asegura Axel, El Gótico, su único ganador.

A pesar de la frustración y decepción que le produjo el delegado Alberto, la fuerza que conduce se encuentra a menos de tres puntos del león que sobrevivió a la manada de leones.
La Doctora acertó al elegir a Milei para polarizar.
El adversario real no era, en efecto, ni Patricia ni Horacio. Tampoco Mauricio. Era Milei, el «loquito» que ayudaba a debilitar a los sindicados como opositores de verdad.
Pero Milei irrumpía contra la casta en bloque. En nombre de la libertad. Contra los “políticos chorros”.
Justamente ahora es cuando arranca lo peor.