“No sabemos dónde está. Él vive en la calle desde hace mucho tiempo. Lo corrimos porque estábamos hartos de él”. Palabras más, palabras menos, esa fue la respuesta que recibieron los investigadores cuando se presentaron en la casa del “Loco Pablo” el acusado del crimen del ciclista. A partir de ese momento, por orden del fiscal Carlos Sale, la Policía lo buscó por diferentes barrios. Después de varios días, lograron aprehender ayer.
El sábado, pasada la medianoche, Guillermo Romero transitaba en el último tramo de la avenida Gobernador del Campo, al este de la capital, antes del puente Lucas Barros. En un primer momento, al llegar a la zona de la rotonda que está ubicada al frente de una estación de servicio, fue atacado por un joven que lo agredió con un palo en la cabeza para quedarse con el rodado.
La víctima del robo comenzó a gritar y el atacante escapó. Romero fue atendido y trasladado al hospital Padilla. A pesar de haber sufrido un importante corte en la frente, el herido identificó al asaltante como un tal “Loco”. “No estaba bien, parecía muy perdido por el golpe que había recibido. Él contó quién había sido el atacante, un joven conocido por todos los vecinos de la zona. Es uno de los tantos ‘drogones’ que están dando vuelta por aquí para ir a buscar drogas”, comentó Esteban Ramírez.
El crimen del ciclista generó un profundo dolor en el ambiente. “Era un excelente chango. No tenía maldad y sólo pensaba en trabajar y entrenar. Lo mataron por ser gente de bien”, dijo Rodolfo Herrera.
Con el correr de los días surgieron algunas precisiones sobre el homicidio. El “Loco Pablo”, se sentó en ese lugar a esperar víctimas para robar. Primero atacó a una pareja a la que intentó quitarle sus celulares. Después hizo lo mismo con un joven matrimonio que circulaba en su motocicleta.
“Para detenerlos, les arrojó un palo. Pero lograron esquivarlo. Pero el pobre Romero, no pudo observar y terminó impactando en su cabeza”, explicó uno de los investigadores del caso.
El homicidio del ciclista generó malestar. Sus compañeros de ruta y de pista cortaron el martes el puente Ingeniero Barros para exigir justicia por su amigo. Al reclamo se sumaron algunos vecinos de la zona. “Estamos cansados de pedir que haya más controles en este sector. No nos dieron bolilla durante mucho tiempo. Ahora que mataron a ese pobre chico, empezaron a verse más efectivos. Es muy triste lo que está pasando”, destacó Ricardo Martínez.
Los habitantes de ese sector de la ciudad coincidieron en señalar al “Loco Pablo” como un joven peligroso. “Está muy ‘quemado’ por la droga. No le importa nada cuando necesita consumir. Es un caso perdido, lamentablemente. Espero que con esto no salga más de la cárcel”, concluyó Esteban Luna.