Claribel Medina como Ángeles y Aña Acosta como Luciana, se encontrarán esta noche a las 21 en el escenario del teatro Rosita Ávila (Las Piedras 1.550). Lo harán en “Feria Americana”, la obra de Sergio Marcos y Guillermo Camblor que dirige Alberto Lecchi.

Locuaz y muy cálida, Medina, la actriz, cantante y presentadora puertorriqueño-argentina conversó con LA GACETA.

“‘Feria Americana’ es un proyecto que surge por parte de Sequerira Producciones. Al enterarme de los nombres de Acosta y Lecchi, de inmediato dije que sí por la admiración que siento por el trabajo de ambos, que son grandes personas del escenario y del mundo artístico”, comenta.

Proyecto particular

Además de interesarle el texto de la obra, a Medina le atrajo el hecho de salir en gira: “soy sincera, a mí me gusta mucho la gira; sé que a Ana también. Los proyectos que salen en gira son muy particulares porque se arma una especie de familia (también hay que saber que ese es el camino por el que hay que andar). Además es la excusa maravillosa que tengo yo para conocer el país. En esta ocasión es el placer de volver a Tucumán”.

“El nombre de la obra remite al lugar donde van a encontrarse dos mujeres después de 30 años de no verse. Fueron amigas de la infancia a la temprana juventud y juntas tenían el sueño de ser artistas. Una de las dos lo logra: se va por el mundo; se convierte en directora, productora y autora importante, mientras la otra elige abandonar la carrera, dejar atrás su sueño, se casa y tiene hijos. Lo hace obedeciendo el mandato familia según el cual la actuación no era una profesión de la que se podía vivir o no era una profesión seria. En este caso el personaje de Ángeles, que yo interpreto, abandona este sueño, va detrás del mandato familiar y de paso arma una familia. Treinta años después su íntima amiga la reencuentra en las redes sociales, y la viene a buscar para abrirle los ojos y demostrarle que ella había abandonado sus sueños. Viene a ofrecerle una alternativa de trabajo, a darle la posibilidad de que vuelva a su pasión, a lo que tanto amó”, relata.

Lo pendiente

“Una feria es el lugar donde se vende ropa, objetos que la gente deja, que son recuerdos, que se consideran inútiles para su vida. Pero metafóricamente dentro de la obra significa que se van a ir sacando los trapitos al sol, y a medida que la jornada va avanzando realmente el hecho de sacar ropa, de hablar de recuerdos, es sacar lo que tienen pendiente”, explica.

“En primera instancia Ángeles no quiere hablar de su pasado, no quiere enfrentar el problema que las distanció. Pero obviamente que la obra lo va a lograr, a medida que el texto avanza el público se va a encontrar con el asombro, la sorpresa, diferentes emociones que tienen que ver con la vida misma. Cuando te encontrás con un ser al que has querido mucho, pasaron los años y lo volvés a ver, no sabés si esa persona sigue siendo la misma, cómo está, en qué cambió, si está llena de resentimientos o frustraciones”, reconoce.

A lo largo de una hora las actrices hablan “de las cosas lindas, el recuerdo, matarse de risa, hablar de los años 80, los bailes, las discotecas, la forma de vestir... versus el presente. Vas pasando desde los recuerdos hasta el cuestionamiento de la felicidad”.

A la pregunta de si la obra es a la medida de ambas actrices, Medina dice que si bien no lo sabe, “las dos le ponemos el cuerpo, y la misión del actor es caracterizar un personaje que cuente una historia, que llene de vida una fantasía y le lleve al público un cuento con el que se identifique, sienta que es parte y que lo compre como verdadero”.

De viaje por el país

“Este país es gigante así que necesitamos mucho tiempo -señala-. Estrenamos en abril y salimos en una larga gira de 20 días por toda la pampa argentina, en varios puntos de la provincia de Buenos Aires; después llegaron Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Ahora, en agosto arrancamos por San Luis capital, Villa Mercedes, Merlo; hoy, en San Miguel de Tucumán y el lunes en el Teatro de la Estación de Concepción. Después iremos a Salta, Rosario de la Frontera, Orán, Tartagal...”

La actriz remarca por último que una obra en gira “se distingue totalmente de una puesta en Capital Federal y en un teatro fijo, porque se va encontrando cada día con teatros completamente distintos en tamaño, estilos y tecnologia; por eso el trabajo es tan intenso, y el actor tiene que adaptarse a cada lugar”.

“Eso le da un enorme crecimiento a la obra y también al actor, en conocimiento de cómo manejarse en cada circunstancia, con el espacio y sobre todo con el público de cada lugar. De hecho la gente nunca se va a encontrar con la misma obra. Sin duda la obra evoluciona día a día y se hace carne propia. Cada puesta debe ser como la primera, y el encuentro de esas dos mujeres tiene que parecer siempre que se acaban de encontrar después de 30 años”, concluye.