La temperatura de los océanos del planeta alcanzó nuevos máximos esta semana, sin indicios de que vaya a enfriarse.

El récord de 20,96 grados centígrados al que llegó la temperatura media de la superficie oceánica es el mayor jamás registrado, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.

El pico de temperatura se alcanzó el 30 de julio y superó el récord anterior de 20,95º C de marzo de 2016”, indicó un portavoz de Copernicus, en base a la base de datos ERA5 que miden los océanos entre el paralelo 60 norte y sur, y excluyen solamente las regiones polares.

Los datos oceánicos de Copernicus se remontan a 1979.

Los océanos absorben el 90% del exceso de calor del sistema terrestre causado por la actividad humana de la era industrial, y esta acumulación de energía sigue aumentando a medida que se suman los gases de efecto invernadero en la atmósfera, fenómeno que muestra una aceleración constante y que llegó a la Organización de las Naciones Unidas a hablar del fin de la era del calentamiento global para empezar a hablar de la “ebullición global”.

Los científicos del clima afirman que hay que prepararse para que la temperatura de los océanos siga aumentando a medida que El Niño -fluctuación climática natural que nace en el Pacífico tropical y eleva la temperatura del agua-, se superponga al calentamiento global provocado por el ser humano.

Kaitlin Naughten, oceanógrafa del British Antarctic Survey, afirmó a la cadena estadounidense CNN que los datos de Copernicus dan una imagen alarmante de la salud de los océanos.

“Otros grupos de datos pueden arrojar valores un poco diferentes. Por ejemplo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) informó que abril fue ligeramente más cálido que ahora”, declaró. Pero lo que está claro, dijo, es que estas temperaturas de la superficie del mar son “excepcionalmente e inusualmente” cálidas y tienen enormes consecuencias, sobre todo para ecosistemas complejos como los arrecifes de coral.

El calor del océano alrededor de la Florida no tiene precedentes y los científicos advierten que podría aumentar aún más.

En un año se alcanzó la tendencia de los anteriores 15 años, alertó Gregory C. Johnson, oceanógrafo de NOAA. Las temperaturas superficiales tienden a mantenerse altas de agosto a septiembre, antes de empezar a descender, dijo Johnson. “Todavía hay margen” para que suban más este año, señaló.

Samantha Burgess, subdirectora de Copernicus, dijo que el calor en el Atlántico Norte era impactante. En junio, una ola de calor como nunca se vio, frente a las costas del Reino Unido e Irlanda, registró hasta 5° C más de lo habitual, lo que desató la preocupación por el impacto en la vida marina.

El calor oceánico puede provocar el blanqueamiento masivo de los arrecifes de coral, así como la muerte de otras formas de vida marina y el aumento del nivel del mar.

El calentamiento de las aguas oceánicas también repercute en el clima. Los océanos desempeñan un papel vital como amortiguadores de la crisis climática al absorber la contaminación que calienta el planeta. El agua más caliente lo hace con menos eficacia, lo que significa que queda más carbono en la atmósfera, alimentando el calentamiento global y pueden marcar una tendencia alarmante.

Piers Forster, de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, dijo que los datos de Copernicus son muy sólidos y que fueron confirmados por observaciones satelitales y registros de temperatura tomados directamente del mar desde barcos y boyas meteorológicas.

El Atlántico Norte generalmente alcanza su punto máximo en septiembre, pero el 26 de julio sus aguas ya habían llegado a una temperatura media nunca antes registrada, con una cifra récord del agua superficial de 24,9 ºC, según NOAA.

Unos días antes, el mar Mediterráneo batió su récord diario de calor, con una temperatura media de 28,71°C, según el principal centro de investigación marítima español.