Casi 75.000 personas se reunieron en el mítico estadio de Wembley, Inglaterra, el 13 de julio de 1991. La convocatoria multitudinaria fue un hito que lanzó la carrera de los australianos de INXS a su máxima altura. El show derivó en un disco, una película y una avalancha de hits que se corean aún hoy.

A escala, la experiencia será reeditada esta noche en Recórcholis (avenida Aconquija 1.493, Yerba Buena), cuando los tucumanos de New Sensation repasen los grandes éxitos de ese show inimitable. “El repertorio son todos sus temas más comerciales; pero en el transcurso de los recitales que fuimos haciendo, la gente comenzó a seguirnos en las redes y a pedir algunas canciones que fueron importantes en la carrera de INXS, que a lo mejor no llegaron al nivel de éxito como otras, pero que también fueron grandes referencias para los fans”, adelanta Luciano Giri, la voz de la banda arriba y abajo del escenario.

El cantante hace las veces de Michael Hutchence. Junto a él están en guitarra Rodrigo Manzur (Tim Farriss); en saxo y guitarra; Maxi Lamadrid (Kirk Pengilly); en bajo, Juan Pablo Navarro (Garry Gary); en teclado, Efraín Lobo Cartagena (Andres Farriss) y en bateria, Luciano Benito (Jon Farriss).

 - ¿Por qué rendirle homenaje a INXS, qué le dio a la música internacional?

- Todos coincidimos que el auge del pop y el rock fue en los años 80, donde grandes bandas nos regalaron las mejores baladas y canciones que todavía suenan en radios, discotecas, fiestas y bares sin pausa. En nuestro caso, elegimos INXS porque consideramos que fue una de las bandas, entre otras pocas, más representativas de esa década, con Hutchence frontman como pocos, enérgico y carismático, una banda sólida que lo acompañaba, con millones de seguidores en todo el mundo y fanáticos que darían cualquier cosa por volver a verlos y escucharlos en vivo.

- ¿Cómo abordan la preparación de un homenaje?

- Primero nos preocupamos en ensayar y en ver musicalmente si las canciones suenan como las originales: buscamos los sonidos adecuados para cada canción en el bajo, la guitarra, el teclado y luego -y en este caso en especial- buscamos igualar las bases rítmicas que ellos utilizaban. Trabajamos individualmente y nos juntamos a probar todo y a intercambiar opiniones. En lo vocal también hay un trabajo que no es fácil sobre los giros, respiración, vibratos, color y un trabajo de interpretación bastante arduo que nos llevó alrededor de seis meses de pruebas, ensayos y ensamble.

- ¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta en esta clase de recitales?

- El trabajo del sonido y del sonidista juega un rol tan importante como todos, así como las imágenes del show, los videos de preproducción, desarrollar la intro con las canciones, preparar los cambios de vestuario según los pasos de los discos y sus diferentes etapas. No son detalles menor a lo anteriormente mencionado.

- Hay bandas que se fijan más en la reproducción sonora lo más fiel posible, otras en la estética, ¿qué priorizan ustedes?

- Las dos cosas son importantes, aunque sonar bien, ante todo, sería lo primordial a la hora de ejecutar un tributo; el segundo paso sería lo estético, aunque en este caso fui armando las piezas de vestuario y outfit paralelamente a los ensayos para no retardar el proceso y así poder tener el producto terminado lo más rápido posible.

 - ¿Cuál es el margen creativo que tiene una banda tributo?

- Se centra en poder decodificar cada personaje que interviene en el show, cada músico tiene que trabajar sobre la interpretación. Producir significa un todo, un amplio espectro para observar y poder sacar de cada intérprete lo mejor. El punto está en los detalles, en la guía, en la experiencia y en el concepto individual y grupal del show.

- ¿Qué aportan como músicos en cada actuación?

- Tenemos nuestra propia impronta, sin duda, nuestra ejecución, nuestra energía que son los pilares para tener un buen ida y vuelta con el público. Nunca vamos a ser ellos pero será una sensación bastante parecida.

- Estuvieron en la Capital Federal con este recital. ¿Cómo fue esa experiencia?

- Como tantas otras a lo largo de nuestros años como banda, fue de las mejores, llegar a La Trastienda no es cosa de todos los días, tener una marquesina propia en ese lugar tampoco. Increíblemente se dio todo muy rápido, dos Trastiendas repleta en menos de tres meses, y seguramente ya estamos con la opción de cerrar el año allá una vez más.

- ¿Cuales son los próximos objetivos?

- Este espectáculo fue armado y diseñado para que todos los fanáticos que hay en el mundo puedan verlo. Estamos en proceso de desarrollo para llevarles este show, creemos que irá creciendo paso a paso. El primer país que vamos a visitar en breve será Chile y nos hace mucha ilusión. La productora con la que trabajamos es Booking&Management.

- ¿Qué distingue a la música de los 80 y 90 de la actual, para bien y para mal?

- Hoy podríamos debatir sobre la forma de componer y hacer canciones, en los 80-90 y hoy, pero solo nos llevaría a enfrentar posiciones. Basta con decir que todavía seguimos escuchando casi todas las canciones de esas dos décadas. Estamos en un momento donde la música tiene un gran vacío que hoy no se puede llenar, como un globo que se infla pero está pinchado; no dura, y con las canciones de hoy sucede lo mismo. Es por eso que las bandas tributo resurgen cada vez más y están con nuevas propuestas para traerles a la gente.