ENSAYO
EL TIEMPO SIN EDAD
MARC AUGÉ
(Adriana Hidalgo - Buenos Aires)
Al acercarse a los 80 años, Augé decide reflexionar sobre el tiempo vivido y tal es el asunto de este pequeño libro. Al llegar la edad, dice, conviene proclamar que es bienvenida y enumerar los regalos que nos trae: la sabiduría de la experiencia, la tranquilidad que sigue a los tormentos de la libido, la alegría de la lectura y de los pequeños placeres cotidianos; esto es, tratar a la edad como los antiguos hacían con las Erinias, que eran las diosas de la venganza pero las llamaban Euménides o sea las Benevolentes: dime cómo envejeces y te diré quién fuiste.
Augé hace desfilar sus mejores lecturas a través de los años; surgen así desde Michel Leiris y su Edad del hombre o Stefan Zweig y las Memorias de un europeo hasta Alejandro Dumas: cada diez o quince años, dice, releo Los tres mosqueteros y El vizconde de Bragelone, sin olvidar El conde de Montecristo, obras donde la materia es el tiempo y la edad es el tema.
En ese desfile no podían faltar Flaubert y Simone de Beauvoir.
¿Y la vejez? Responde Augé: la vejez no existe, todo ser humano que muere, a la edad que sea, siempre muere joven.
© LA GACETA
CORIOLANO FERNÁNDEZ