Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus actos, tus actos se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino.

“A mí no me interesa la política” decimos, y voy a poner dos ejemplos extraídos de lo que se dijo cuando, hace poco, se inauguró un tramo del gasoducto Nestor Kirchner, haciendo realidad el pensamiento de arriba. Lo que dicen los políticos debería interesarte. Massa agradeció a quienes pagaron un impuesto. Por la forma en que se expresó el ministro Sergio Massa, se podría pensar que el destino de lo recaudado por el impuesto era totalmente para el gasoducto, y no es así; la ley 27.605, en el artículo 7 punto 5 detalla el destino de los fondos recaudados y dice que se destinarán: “Un veinticinco por ciento (25%) a programas y proyectos que apruebe la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía, de exploración, desarrollo, construcción y mantenimiento de infraestructura, transporte y producción de gas natural, actividad que resulta de interés público nacional, a través de Energía Argentina Sociedad Anónima…”. Es que mediante la mencionada ley se impuso a las personas humanas argentinas la obligación de pagar un impuesto al que bautizaron Impuesto a la Riqueza, que era más corto que el nombre que tenía en propia ley: “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”; como se lee, el aporte al gasoducto no está en el título porque, en ese momento (18/12/2020), lo que más importaba políticamente, era la pandemia.

Aseguran que el gasoducto “cambiará la ecuación energética”

El agradecimiento de Massa fue la manifestación más pura de un pensamiento político, él lo cree, él lo piensa, él lo dice, él lo hace, él tiene el hábito, él tiene esos valores pero, marca nuestro destino. Está claro que la expresa mención que hizo de la ley, con la promesa de que se va a encargar de cobrar el impuesto a quienes no lo pagaron -debiendo hacerlo-, lo pone en la posición explicitar las ideas que tiene respecto a futuras necesidades de inversión: se harán con un nuevo impuesto. La secuencia termina en otro impuesto. En otros países se emitirían Obligaciones Negociables, acciones, o un fideicomiso financiero que retribuiría a los inversores la fe que ponen en un proyecto.

Un ejemplo son las empresas mineras que están invirtiendo en el litio desde hace años, y todavía no comenzaron a ver utilidades, primero invierten, luego ganan. Esto es política en estado puro: ¿De dónde sacaré los recursos para hacer una obra como la del gasoducto? ¿Genero un impuesto o busco inversores privados? La ley 27.605, que fue aprobada en ambas cámaras legislativas, respondió políticamente a esa pregunta: Genero un Impuesto.

Cristina Fernández dijo que no es justo pagar el gas a precio dólar, a precio internacional.

No se rotulará a la Vicepresidenta de la Nación Argentina por lo que dijo, que viene de lo que piensa y cree, que es de donde provienen sus actos y sus hábitos, porque eso es su pensamiento político puro, en el sentido literal de las palabras. Y no es difícil entender el porqué, ella dijo: “No es justo que si tenemos la segunda reserva de gas del mundo, no convencional y cuarta en petróleo, nos quieran cobrar las cosas a precio dólar, a precio internacional…”, se refería al precio a cobrar a las industrias locales y a los hogares. Ella piensa, políticamente hablando, que a la industria y a los hogares argentinos el gas no debe cobrarse a valor dólar, o a precio internacional; supongo que porque lo produce una empresa del estado que no tiene costos ni fijos ni variables, porque si le falta plata cuando el precio no cubre los costos, el Banco Central de la República Argentina emite dinero y la subsidia, tal como se hace con Aerolíneas Argentinas, por ejemplo. ¿Y por qué no podemos pagar el gas a precio dólar o internacional?

Si se paga un precio basado en la realidad, la economía familiar e industrial acomodará sus gastos y costos a los valores reales, sean en pesos o en dólares. Si se paga un precio proveniente de los costos de un pensamiento político, no habrá acomodamiento real de la economía, y no sabremos si nuestros ingresos son los que deben ser o están por debajo. Tal vez porque estamos mentalizados de que nuestro país es la familia pobre del barrio, parafraseando al oficial Gordillo en su monólogo. Debido a ese pensamiento político puro, casi ningún argentino que es asalariado o cobra planes, sabe cuánto es su verdadero ingreso, porque el “precio de las cosas”, de muchas cosas que a veces ni sabemos cuáles son, está fijado políticamente y no en base a los costos; el precio del transporte, de la energía eléctrica y del gas, por ejemplo.

¿No te interesa?

Sergio Massa y Cristina Fernández expusieron sus ideas políticas en estas dos frases que dijeron en sus respectivos discursos: a) Los recursos de Vaca Muerta los va a manejar el Estado y si se necesitan fondos habrá un impuesto y; b) El Estado fijará el precio que se pagará por el uso de los recursos sin importar los costos de producción.

Sabemos que los ingresos per cápita de los argentinos están muy por debajo de la media de quienes viven en países que pagan el gas y el petróleo a valor dólar; entonces, es muy probable que con las ideas políticas expuestas, en un futuro muy cercano, el gasoducto Néstor Kirchner sólo transporte el gas que deberemos pagar con algún impuesto o con emisión monetaria. Esto no es bueno ni malo, sólo son las creencias, luego pensamientos, luego palabras, luego actos, luego hábitos, luego valores y finalmente destino; más impuestos y más inflación porque a ti no te interesa la política.