A Osvaldo Jaldo le tocará asumir la gobernación en medio de lo más profundo de la crisis carcelaria, esa que comenzó a ser advertida en 2016 por dos fiscales y que hoy estalla con las frecuentes fugas de los detenidos, que por falta de espacio son alojados en comisarías y lugares inapropiados. El año pasado, mientras ejerció como Jefe de Gabinete, Juan Manzur consiguió el guiño de la Nación que la Provincia necesitaba para comenzar las obras en el predio de Villa Benjamín Paz, en el departamento de Trancas, donde funcionará un nuevo penal con capacidad para más de 4.700 detenidos. Con el apoyo presidencial, el gobernador electo parece decidido a resolver de una vez por todas esa problemática, pero la solución no llegará de un día para el otro. Debido a la urgencia, se evalúa la posibilidad de agilizar la obra para que en diciembre se habiliten los primeros tres pabellones.
En busca de salidas urgentes a la crisis carcelariaHistóricamente, las crónicas de nuestro diario reflejan que la mayoría de los gobernadores tienden a proyectar alguna obra “faraónica” para su mandato. El penal de Benjamín Paz parece ser el emprendimiento que Jaldo eligió para poner sus fichas. “Estamos trabajando en un predio de 130 hectáreas, no se trata solo de levantar edificios, sino que tenemos que hacer todo desde cero para albergar a casi 5.000 personas y al personal penitenciario y administrativo. En proporción, estamos construyendo una ciudad prácticamente”, señaló Marcelo Caponio, secretario de coordinación institucional del ministerio de Obras Públicas, para ilustrar la magnitud que tendrá la obra cuando finalicen todas las etapas.
Los números
“Lo que se está desarrollando ahora son obras para el predio en general, lo que incluye una planta de tratamiento de afluentes, los caminos internos y el servicio administrativo”, explicó el ingeniero Jorge Garber, presidente de la cámara de Construcción y de la empresa Gama que ejecuta en conjunto con la empresa Erpa la obra en Benjamín Paz. Con esa introducción, explicó que si es necesario, y se aportan los recursos necesarios, la obra puede ir focalizándose para concretar la inauguración de los primeros arrestos antes de fin de año.
LA GACETA visitó el lugar donde se erigirá el penal. Allí, además de los esqueletos de tres pabellones, también se instalaron en una ex finca las herramientas y maquinarias necesarias para la producción de materiales básicos. Los planos son una radiografía del proyecto: el predio de 130 hectáreas será rodeado por 22 kilómetros de cerca olímpica y por muros de seis metros de altura. Cada muralla tendrá arriba una pasarela y garitas para los vigías. Encerrados en ese perímetro quedarán cuatro unidades (o módulos) cada una de ellas estará compuesta por ocho pabellones (o alas) y ocho edificios para distintas actividades: cocina, talleres de carpintería, herrería y otros oficios, una escuela y un salón para el desarrollo de actividades intelectuales, tecnológicas y de descanso. A su vez, cada pabellón está compuesto por 32 celdas, cuatro de ellas serán adaptadas para albergar a dos personas con discapacidad, las otras 28 están pensadas para alojar a cinco detenidos; es decir que cada ala albergará a 148 reos. En otras palabras, cada módulo podrá contener a 1.184 presos y la capacidad oficial del penal será de 4.736 prisioneros. Además, cada ala tendrá un comedor y un patio interno.
Jaldo, sobre la crisis carcelaria: "Tucumán tendrá 1.700 plazas para albergar detenidos en 2024"Garber confirmó que el módulo 1 es el primero que concluirán, sin embargo, estaba previsto que eso ocurriera recién en marzo de 2024. “La obra ya está desarrollada en un 46,6%”, detalló. Sin embargo, si la urgencia de la crisis carcelaria tira de las riendas, los primeros pabellones podrían ser habilitados para comienzos de diciembre siempre que el Estado aporte el capital humano y los materiales necesarios.
Requisitos
El ingeniero Fernando Naval, gerente de la obra, explicó que hay tres alas que están en la última etapa. “solo resta colocar las piezas de carpintería y las rejas, que ya fueron fabricadas en nuestro taller. Luego se hace un alisado de piso, se instala los sanitarios y se cierra los dos primeros pabellones”, describió. Ese trabajo tomaría aproximadamente cuatro meses, pero hay otra obra que deberá realizarse en simultáneo si se quiere adelantar una inauguración a diciembre. “La red eléctrica es una obra que ya está en condiciones de licitarse y llevar a cabo eso tendrá un plazo idéntico. Es decir que ese periodo de ejecución tendría que coincidir con el nuestro (la edificación) para que la cárcel tenga la energía eléctrica que necesita para poder funcionar”, agregó. Se trata de un detalle clave, porque a diferencia de otras cosas, el suministro eléctrico no es una tarea que la constructora puede afrontar sola. “La producción propia que tiene nuestra empresa ha permitido que fuéramos financiando las primeras etapas de la obra, pero ahora llega la etapa de las instalaciones más caras, como lo es instalar una red eléctrica”, aclaró.
Naval destacó que los demás servicios estarían cubiertos. “Ya tenemos agua, se hizo un pozo. El gas es otra obra necesaria, pero se la puede suplir provisoriamente con gas envasado”, indicó.
Garber remarcó otro factor. Hoy en la obra están trabajando 150 personas, pero para llegar listos a diciembre necesitarán a 400 obreros trabajando a diario. Pero eso no es todo, el presidente de la cámara también mencionó: “si bien la Nación tiene al día el pago de los certificados básicos de obra, esta construcción ha sufrido un incremento de más de 150% de su valor original y esas predeterminaciones están demoradas desde Buenos Aires. Eso también tendría que solucionarse. Adelantar la obra es posible, pero es una decisión que tiene que tomarla el Estado de acuerdo a la disponibilidad de fondos”.
Decisión política
“Construir esta cárcel fue un proyecto que encaró Jaldo apenas asumió como gobernador interino. No solo se diseñó esta prisión sino también dos alcaidias importantes y otras dos de menor capacidad, también se remodeló el penal de Villa Urquiza. De esa planificación ya está iniciada la obra en las alcaidías de Las Talitas y la de Delfín Gallo, además de los dos pabellones que ya están casi listos en Benjamín Paz. Se duplicará la capacidad para albergar a personas privadas de libertad”, manifestó Caponio. El secretario de Coordinación Institucional agregó: “esto es por decisión política, solucionar la crisis carcelaria es quitarle un problema a la sociedad y a la Policía, porque las comisarías se convirtieron en los lugares de detención y no debería ser así, tenemos a los policías que deberían estar afuera trabajando en la prevención del delito actuando como guardiacárceles”.