TEL AVIV, Israel.- La crisis constitucional que convulsiona a Israel tuvo otro sacudón luego de que el Parlamento de ese país ratificó el primer proyecto de ley de una reforma judicial solicitada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, después de que fracasaron los esfuerzos de última hora para un consenso.

La enmienda a una ley que permite al Tribunal Supremo anular decisiones gubernamentales si las considera “irrazonables” fue aprobada por 64 votos a favor y 0 en contra, porque legisladores de oposición abandonaron la sesión en señal de protesta, algunos de ellos gritando: “¡Qué vergüenza!”.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, advirtió que esta división podría conducir a una guerra civil. Netanyahu está atrapado entre estabilizar a su coalición -que incluye a partidos de ultraderecha y ultraortodoxos- y apaciguar a los ciudadanos que se oponen a otorgar al Gobierno más control sobre el Poder Judicial.

La decisión de avanzar con el plan podría trastocar la economía israelí, tensar más las relaciones con el gobierno de Joe Biden y ocasionar que miles de reservistas militares, parte fundamental de las fuerzas armadas de Israel, se nieguen a unirse al servicio. El general de brigada Daniel Hagari reconoció ayer que aumentaron las peticiones de los reservistas para interrumpir el servicio.

Las manifestaciones contra la enmienda comenzaron a primera hora del lunes, con la policía arrastrando a manifestantes que se habían encadenado a postes y bloqueado la carretera frente al Parlamento. Por la tarde, miles de personas habían salido en todo el país, bloqueando carreteras y forcejeando con la Policía. La fuerza informó que al menos 19 habían sido detenidas el lunes.

Con la esperanza de promover un acuerdo provisional entre el Gobierno nacionalista religioso y los partidos de la oposición, el sindicato Histadrut amenazó con una huelga general si se aplicaban lo que denominó medidas “unilaterales”. (Reuters)

Israelíes rechazan la reforma judicial de Netanyahu