De vacaciones y sumando minutos con el club de sus amores, Ana Paula Riera busca disfrutar al máximo estos días en la provincia y espera dejar a Tucumán Rugby en los primeros puestos del torneo Anual. La volante de 22 años, que actualmente defiende los colores de la Unión Deportiva Taburiente de Las Palmas (España), contó su experiencia jugando en el exterior y se refirió al estilo de juego entre un país y el otro.

-Tras renovar contrato en España, te sumaste a las “verdinegras”

-Ahora en agosto me vuelvo para allá. Se terminó la temporada allá y aproveché que mientras estoy unos días acá, puedo jugar en Tucumán Rugby. Tenía muchas ganas de volver y desde que llegué a mediados de julio ya me puse a entrenar. Le dije al técnico Alfredo Ortega que me diera los minutos que considerase y que podía jugar en la posición que él quisiera. Jugué algunos partidos del Anual y la segunda fase de la Superliga, donde nos fue bien.

- Estando lejos, ¿estás al tanto de lo que sucede en Tucumán Rugby?

-A los partidos del Anual no los puedo ver porque no los transmiten, pero cuando existe esa posibilidad los veo, por ejemplo a los partidos de la primera fase de la Superliga. Además, todo el tiempo estoy en contacto con las chicas y les pregunto por los resultados.

-¿Qué podes contar del club español?

-Estamos en Las Palmas de Gran Canaria. Este es el único club que hay en la isla, está jugando en la División de Honor española, es decir la Primera División. Cuando nos tocar ser visitantes, tenemos que viajar a la península, a Madrid, Barcelona o al norte. Yo vivo ahí en la isla y es preciosa, la calidad de vida es impresionante. Al fin y al cabo, es el primer mundo.

-¿Cómo se dio tu llegada a ese lugar?

- El año pasado me di cuenta de que me quería ir. Empecé a buscar club por contacto y me llamaron después. Desde ahí todo fue bastante rápido. Me hicieron la propuesta y yo no me demoré mucho en decidir. Estudiaba Biotecnología en la UNT y al haberme ido no pude seguir, porque es una materia presencial y sobre todo, práctica. Además, para trabajar, no me queda mucho tiempo aparte del que me ocupa el hockey.

-¿Es exigente el nivel de juego en Europa?

-Se entrena todo el tiempo y nos dejan un día libre para descansar en todo sentido, físico y mentalmente. No hay punto de comparación, todo es muy distinto. Se supone que el torneo Metropolitano de Buenos Aires, es el mejor del país, pero en España la exigencia es mayor. Hay mucha diferencia en el estilo de juego.

-¿Cuáles serían esas diferencias?

-En el hockey argentino, la jugadora se caracteriza por ser muy habilidosa, muy creativa, corre mucho y trabaja con la bocha. Mientras que en el hockey europeo, las españolas son un poco más estructuradas. Cuando tienen la bocha, no se pueden demorar más de dos segundos en entregarla.

-¿Es difícil dar el salto hacia el exterior?

- Hay un gran tema, que es que tener pasaporte europeo. Eso te facilita muchísimo las cosas. No es tan real eso de que debes tener un alto nivel para empezar a jugar en Europa. Hay muchas ligas, algunas más competitivas que otras. En el caso de España sólo hay dos cupos por extranjero, pero yo no ocupo porque tengo la ciudadanía italiana por parte de mi mamá.

-Antes de tu regreso, ¿cómo lo ves a Tucumán Rugby para lo que resta del año?

-Actualmente, es el club que tiene mayor cantidad y calidad de jugadoras. A pesar del recambio y de que por ahí cuesta un poco la regularidad, observo que el club tiene el mejor equipo y por ahí debe pulir algunos detalles para funcionar a la perfección.

-¿Dejás muchos recuerdos?

-Por más bien que uno esté bien allá, siempre extraña mucho. Soy muy del club, mis amigas y volver un poco a esa vida siempre está bueno.