Por Daniel Alfredo Coronel
23 Julio 2023
BUENA SELFIE. Lucas Torres se dio el gusto de fotografiarse con Ricardo Zielinski, que esperaba para subir al ómnibus. la gaceta / foto de antonio ferroni
El vuelo charter de Independiente todavía no había despegado de Aeroparque y en Tucumán, Mariano Iñigo ya esperaba ansioso en el aeropuerto “Benjamín Matienzo”. Con sus 82 años a cuestas y sin la posibilidad de acceder a internet, a Mariano no le quedó otra que acudir a la bendita guardia presencial. De esa manera, a las 16 su hijo lo llevó al aeropuerto y ahí tuvo tiempo de hacerse amigo de todos, teniendo en cuenta que el avión con la delegación del “rojo” aterrizó a las 19.54.
“En otra época no faltaba nunca a los partidos que jugaba Independiente en Tucumán. Ahora es un poco más complicado, pero con saludarlos cuando llegan me conformo, después escucho el partido por radio”, le contó a LA GACETA, mientras no despegaba los ojos a la puerta por donde minutos después aparecería Ricardo Zielinski.
Luego del apretón de manos con Mariano, “Ruso” se saludó con algunos tucumanos que le recordaron su pasado en Atlético y el DT devolvió la buena onda. “Es una alegría muy grande, la gente de Tucumán nos trató siempre muy bien”, recordó el entrenador.
Respecto a Atlético, Zielinski hizo referencia al cariño que cosechó durante los casi cuatro años en la provincia. “Junto a los hinchas, los jugadores, los empleados y los dirigentes conseguimos cosas muy lindas, ese recuerdo no se borra. No sé si me aplaudirán en la cancha porque soy el técnico del rival; igual sé que hay un cariño mutuo, no hacen falta esos gestos”, remarcó.
En lo deportivo, Zielinski coincide con la mirada que tiene Mariano de su equipo. “Vamos a levantar”, respondió el DT. “Tenemos que seguir mejorando, los resultados no se están dando”, dijo Iñigo, y amplió: “necesitamos jugadores con experiencia”. “Antes teníamos los mejores, ahora nos armamos como podemos”, dijo el tucumano que vive en Alderetes, pero que se hizo hincha del “rojo” en su juventud, por que tenía el color de Tucumán Central, el club de su barrio y adolescencia. Después de sacarse fotos con varios jugadores (a todos les preguntaba quiénes eran, ya que sólo sigue los partidos de su equipo por radio), se quedó viendo cómo todos subían al ómnibus y conversando con un integrante de la delegación, mientras le mostraba algunos recortes y entradas plastificadas que guarda con mucha emoción.
Espera sin su figura
El “decano” se entrenó ayer en el complejo por la mañana, en donde Sergio Gómez y Favio Orsi ensayaron una serie de jugadas preparadas y movimientos tácticos. “Tenemos que hacer un partido inteligente, tomar lectura de la circunstancia de juego y aprovechar los espacios. Cada rival tiene una característica particular y nosotros debemos aprovechar eso”, explicó Orsi.
Una de las principales situaciones que deberá controlar el “decano” tiene que ver con la segunda pelota. Los equipos de Zielinski se caracterizan por el pelotazo al delantero (en este caso Martín Cauteruccio) y los volantes (Marcone, Ortiz, Barcia y Sarrafiore) suelen aprovechar los rebotes en 3/4 de cancha. El partido se definirá en el medio y por eso hasta último momento la duda en el búnker “decano” seguirá siendo quién reemplaza a Joaquín Pereyra.
Poblar la mitad de cancha o pensar en un equipo más ofensivo es la duda principal de los entrenadores y por eso Braian Guille y Bautista Kociubinski estarán expectantes hasta la charla técnica.
ATENTO. Orsi observa de cerca a Orihuela y a Flores durante la práctica. la gaceta / foto de franco vera
Con “Kociu” el equipo tendría mayor contención y primer pase, con Guille habría más explosión y conexión entre volantes y delanteros.
El buen momento (hace tres partidos que no pierde) y el horario (juega con luz natural después de más de un año) invita a los hinchas a disfrutar de un domingo soñado que incluirá almuerzo familiar con previa y fútbol.
Es la despedida del equipo de local en la Liga Profesional y por eso los hinchas están organizando un recibimiento a la altura, que incluirá banderas gigantes y mucho humo, para despedir a un equipo que viene en levantada.
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