22 Julio 2023
La tendencia comenzó a percibirse en marzo, cuando La Pampa inauguró el calendario electoral del país con las primarias para gobernador. Desde entonces, hay dos datos que llaman la atención de consultores y políticos: la menor cantidad de gente que concurre a votar y el mayor porcentaje de votos en blanco o nulos, respecto de hace cuatro años.
De hecho, en las PASO de Santa Fe, que se realizaron el domingo pasado, hubo una abstención de casi el 35% y un voto en blanco de más del 10%. Es decir, hay un hilo conductor que invita a la reflexión y que ya genera preocupación entre las autoridades de la Cámara Nacional Electoral.
Hace unos días, el Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD) analizó en un informe 15 de los 17 comicios celebrados hasta ahora y registró una merma del 4,55% en promedio de la participación del electorado en comparación con 2019. Si se suman además los votos que no cuentan, la “participación positiva” se redujo en casi siete puntos.
En algunas provincias, el descenso de la participación el domingo de las elecciones fue muy marcado. San Luis encabezó el ranking con una baja del 16,46% respecto de 2019. Le siguieron las legislativas de Corrientes, con una merma del 13,16%, las PASO de Mendoza, con una reducción del 11,72%, y las generales de La Rioja, con un 10,63% menos.
El fenómeno se extendió a Misiones (7,55% menos) y Córdoba (4,51%) siempre en comparación con las mismas elecciones de hace cuatro años. En San Juan se registró una merma de cinco puntos en la participación entre el 14 de mayo, cuando se votaron cargos legisladores, intendentes y concejales, y las del primer domingo de julio, cuando se eligió únicamente gobernador. Diferentes fueron los casos de Tucumán y de Formosa, en donde casi no hubo descensos en cuanto a la participación pero sí un crecimiento -leve- del voto en blanco.
Precisamente, en cuanto al voto en blanco, las provincias donde más creció fueron Tierra del Fuego (14,48%), Río Negro (6,34%), Mendoza (6,01%) y San Juan (en mayo, 4,66%), según el Cicad.
En comparación con otras elecciones más allá de 2019, para encontrar números tan bajos de participación hay que remontarse hasta 2007. Este año se concurrió a votar en mayor medida que en 2003, pero menos que de 2011 en adelante.
Según los analistas, esto muestra que hay un rechazo de la ciudadanía hacia los candidatos en este 2023 y que esa bronca no está siendo capitalizada por ninguno de los postulantes. Así, lo que hay es una caída en los niveles de participación que se viene registrando en las provincias. Al punto que sólo Salta incrementó la cantidad de electores respecto de las elecciones de 2019, pero lo hizo en un número muy bajo, pasando del 68,7% del padrón al 69.5% del total entre 2019 y 2023. Jujuy fue el caso más extremo.
Cuando se eligió a Gerardo Morales en 2019 el nivel de participación alcanzó al 84,7% del electorado, mientras que este año ese número cayó al 74,7 del total, una merma de diez puntos porcentuales entre una y otra elección. Una situación similar vivió La Rioja, que pasó de una participación del 80,8% del electorado en 2019 al 70,1% cuatro años más tarde.
“Para mí el protagonista central de esta elección es la abstención”, sintetizó el analista Carlos Germano. “Si nos manejamos desde marzo hasta la fecha en las elecciones provinciales, a excepción de Formosa y Tucumán, en las demás provincias el promedio fue entre 30% y 35% que no fue a votar. Este es otro de los grandes desafíos que tiene toda la dirigencia política en general”, reflexionó.
El asunto del ausentismo comenzó a ser evaluado por los responsables electorales del país, atento a que en tres semanas se harán las PASO. Según los datos del Ministerio del Interior, desde el retorno de la democracia, la participación de las y los ciudadanos en los actos electorales siempre estuvo por encima del 70%, exceptuando las elecciones PASO de 2021, realizadas en el contexto de la pandemia por Covid-19.
Así, desde el regreso a las urnas, las cifras más altas de participación se registraron en las elecciones de 1983 y 1989, por encima del 8 %. En tanto, la participación más baja fue la reciente elección de medio término en 2021: el 67,78% en las PASO y el 71,39% en las legislativas generales.
Aún más, el informe de Creencias Sociales que elaboró el observatorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires, el 25% de ciudadanos y ciudadanas de la Argentina no está “nada interesado” en la política. “La apatía política corroe incluso los valores democráticos”, dice el estudio.
La abstención y el faltazo a las urnas es motivo de análisis de los jueces y secretarios electorales de todo el país. Estela Martínez Vázquez, secretaria electoral en Tucumán, confirmó que se evalúa en la Cámara Nacional un aumento en el monto de las sanciones por no concurrir a votar. Sin embargo, admitió que hay una realidad contra la que resulta difícil luchar: la apatía.
“El ausentismo bueno es un llamado una alerta. Eso se está dando en todas las provincias y en Tucumán el voto en blanco ha resultado en tercer término para la categoría legislador, lo cual es altísimo. Hay una reflexión que nos merece a todos los que estamos trabajando en el sector público, fundamentalmente a los políticos”, manifestó- Y añadió: “Sanciones también hay, hay algunas multas, pero efectivizarlas tantas por la cantidad de gente que no ha concurrido a votar es un trabajo jurídico muy grande. Los juzgados tenemos muchísimo trabajo, no conozco un juzgado en todo la el país que sancione”, reflexionó.
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