Los tucumanos tuvimos una cita muy especial el jueves que pasó. Para participar solo había una condición: cumplir con el dress code rosa. Tras su estreno en los cines, la película de “Barbie” unió a fanáticos de todas las edades y consiguió que las entradas para su primer día de función quedaran agotadas.
Con este último fin de semana previo al regreso a clases, las expectativas por llenar las salas continua. ¿Cómo se explica el fenómeno Barbie? ¿Qué hace tan especial a la muñeca de sonrisa perfecta y belleza hegemónica? Será la ropa siempre fashionista, lo bien que sienta la dupla de Margot Robbie y Ryan Gosling, el deseo de revivir la tierna niñez... En el cine Atlas de calle Monteagudo había una extensa fila de gente dispuesta a contestar nuestros interrogantes.
Analía (24) y Georgina Nevada (25) aprovechan los minutos previos al ingreso para tomarse fotos en una pequeña cabina que simula ser una caja para muñecas. A tono, ambas lucen joggings fucsias y zapatillas neón.
“Para mí esta locura deriva de la curiosidad. Venimos de varios años en los que se hicieron un montón de live actions de clásicos animados (como “La sirenita”, “Cenicienta” o “La bella durmiente”) y parece que la tendencia va a seguir. Hay quienes odian este género porque alteran recuerdos preciados de su infancia o adolescencia, mientras que otros desean recuperar una parte de esa etapa, ese es el verdadero poder del cine”, comenta la dupla de hermanas.
Con un poco menos de pasión a Noemí Heredia (27) le tocó acompañar a sus primas pequeñas. “Es raro porque, a pesar de la diferencia generacional, hay algunos productos masivos o pop que son tan famosos que atraen la atención de los niños, los jóvenes y los adultos; eso tiene su parte linda”, afirma la estudiante universitaria.
A su lado, Luana (10) no para de saltar y arreglar su peinado, una coleta con mechas rosadas y lentejuelas. “Mi mamá me ayudó a buscar este vestido y a pintarme la cara. En casa tengo siete barbies y una luce así, lo que más me gusta de las muñecas es que son bonitas y podemos jugar a muchas cosas”, agrega.
Entre la avalancha de fans monocromáticos, también se esconden algunos detractores del emblemático juguete. “Jamás jugué con un Barbie y no me siento mal por eso, sin embargo, decidí venir para sacar mis propias conclusiones sobre la película después de tanto marketing. Es asombroso cómo la franquicia consiguió que Barbie sea un tema de conversación a nivel internacional. Poder vivir una experiencia que no se termina en la pantalla del cine o con la compra de una entrada cautiva más que el guion”, destaca la estudiante María Elena Cline.
Modelo feminista
Sea por crítica o aprobación, el argumento de la película es uno de los puntos que más asombra a los espectadores. Las sonrisas de plástico y las melenas platinadas no son ni de cerca el foco de la trama (aunque sí ayudan a mantenernos deslumbrados por tantos detalles del vestuario y de la escenografía).
Sin hacer spoiler, el filme plantea -en clave de humor- varias críticas al patriarcado, el sexismo y las exigencias que recaen sobre la figura femenina. En la tierra de la fantasía (Barbieland) las mujeres no conocen de barreras laborales, intelectuales ni profesionales. Mientras tanto, el mundo real sirve para demostrar el acoso, la explotación y las luchas pendientes por la igualdad de derechos. ¿Entonces Barbie se volvió feminista? No, solo despertó de su letargo.