Los ingenios de Tucumán, de Salta y de Jujuy comenzaron la molienda, según las condiciones climáticas y agronómicas de cada zona. Pero prácticamente todos lo hicieron entre el 5 de mayo y el 5 de junio; es decir, se transitaron entre 40 y 70 días de producción.
“Lamentablemente, durante los meses de mayo, de junio y de julio se produjeron lluvias en Tucumán -provincia que produce el 65% del azúcar de la Argentina-, que obligaron a paradas continuas de los ingenios, hasta que resultara posible retomar la cosecha en campos inaccesibles debido a la humedad”, indicó el presidente del Centro Azucarero Argentino, Jorge Feijóo.
Añadió que en el área cañera, desde mayo a la fecha, se registraron entre 22 y 41 días con precipitaciones, que estuvieron en el orden de los 40 mm a los 115 mm.
A su vez, las sequías previas -por tercer año en línea- y las lluvias, dejaron secuelas, como el bajo rendimiento de azúcar en la caña.
Como se ve en el cuadro 1, la marcha interrumpida de la zafra explica el retraso de molienda al 17 de julio, respecto del mismo día de la zafra 2022, y la menor cantidad de azúcar lograda se refleja en el aun menor porcentaje de azúcar y de alcohol producidos.
A pesar de la coyuntura descrita, Feijóo puntualizó que los informes técnicos confirmaron la disponibilidad de caña para molienda; de manera que, si la zafra cobra su ritmo de cosecha y producción habitual, se cuenta con la materia prima necesaria y suficiente para atender debidamente la demanda del mercado interno.