Córdoba no es una ciudad lejana, pero en infraestructura y en políticas deportivas parece estar a millones de kilómetros de distancia de Tucumán. Una muestra es el “Polo Deportivo Kempes”, mucho más que el estadio que acostumbramos a ver por TV.
“Cuenta con dos natatorios; uno se llama ‘Georgina Bardach’ y el otro ‘José Meolans’, dos referentes de la natación de Córdoba; en el gimnasio sur hay una cancha de básquet en la que se llevan a cabo múltiples actividades; está el gimnasio norte, donde funcionan el gym de musculación y el tatami para disciplinas de combate. También un área de alto rendimiento con profesionales de todas las especialidades; la cancha de hockey ‘Soledad García’; canchas de tenis en las que se disputa el torneo ATP, pistas de atletismo y de ciclismo”, enumera Mariano Reutemann, ex windsurfista olímpico y actual vocal de la Agencia Córdoba Deportes (ACD).
En el sector este del estadio, detrás de la platea Gasparini, se encuentra el “Parque Kempes”, un pulmón verde en el que también hay espacios para el deporte. Allí se encuentran la palestra, el pantrack, un bowl de skate, pista de BMX y una cancha de básquet.
La ACD se creó hace poco más de 20 años y es la encargada de generar la infraestructura; también cuida y mantiene el estadio construido para el Mundial 78 y varias veces refaccionado.
Atracción turística
Córdoba está en plenas vacaciones de invierno y estallada de visitantes. En la zona baja de la platea Ardiles, pegado al hall central del estadio, mucha gente espera su turno para ingresar al “Museo Provincial del Deporte Mario Kempes”.
El recorrido es corto, pero impactante y nostálgico. Se puede viajar en el tiempo para revivir cómo era el viejo estadio “Chateau Carreras”. Hay piezas que quedaron en desuso luego de las remodelaciones y que están exhibidas; pero también otro sector en el que pueden verse imágenes y elementos que traen a escena el Mundial 78.
En el museo se encuentran reliquias de deportistas cordobeses y de otras partes del país: el auto en el que corría Oscar Cabalén las pruebas de Turismo Carretera, una camiseta de Fabricio Oberto, la bicicleta de Oscar Galíndez, camisetas José Luis Cuciuffo, de Claudio López y de Mario Kempes; una réplica de la Copa del Mundo, la vieja pelota “Tango”, la medalla olímpica de Georgina Bardach, la corona y los guantes del recordado campeón mundial Santos Laciar; y mucho más.
Existe también una línea del tiempo de la participación cordobesa en los Juegos Olímpicos; en la que, entre otras cosas, se destaca una campana (el ícono que acompañó a los Juegos de Berlín en 1936), recibida por el atleta Luis Oliva de manos de Adolf Hitler.
“Todos los elementos son piezas originales, únicas; que fueron donadas por sus dueños o entregados en comodato”, resalta Reutemann. El museo desemboca en la zona de vestuarios, a los que se puede acceder mediante una visita guiada. Por último y para terminar una experiencia multisensorial, se salta al campo de juego por el túnel que supieron caminar grandes figuras a nivel mundial.