La condena a la guerra en Ucrania, que logró la Unión Europea, salió sin nombrar a Rusia

La condena a la guerra en Ucrania, que logró la Unión Europea, salió sin nombrar a Rusia

El conflicto opacó los anuncios de inversión en países de América Latina y el Caribe. La preocupación por el avance de China.

La condena a la guerra en Ucrania, que logró la Unión Europea, salió sin nombrar a Rusia
19 Julio 2023

BRUSELAS, Bélgica.- Los líderes europeos, latinoamericanos y caribeños proclamaron una nueva era de mayor cooperación política y económica, pero la cumbre -un reencuentro después de ocho años- se vio empañada por las disputas sobre cómo abordar la guerra de Rusia en Ucrania.

“Expresamos nuestra profunda preocupación sobre la guerra en curso contra Ucrania, que continúa causando un inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía global, restringiendo el crecimiento, aumentando la inflación, irrumpiendo la cadena de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera”, dice la declaración final de la cumbre.

Los funcionarios de la Unión Europea esperaban que la cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) denunciara a Rusia por avanzar sobre su vecino en 2022, pero el comunicado final no mencionó al país invasor. Aún así, Nicaragua no se plegó a la condena.

Es que, aunque los presentes en la cumbre declararon compartir valores comunes como la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho, sus pugnas en torno a la guerra de Ucrania pusieron de relieve las diferencias en un asunto que es de capital importancia para Europa, pero que para Latinoamérica y el Caribe parece lejano.

La reunión de unos 50 líderes de las tres regiones en Bruselas pretendía revitalizar sus relaciones mientras la Unión Europea trata de renovar sus alianzas internacionales, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania y a la creciente desconfianza hacia China. “Es una página prometedora y optimista la que se abre en las relaciones entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea”, dijo Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que reúne a los dirigentes nacionales de la UE.

Los líderes también apoyaron “todos los esfuerzos diplomáticos dirigidos a una paz justa y sostenible de acuerdo con la carta de las Naciones Unidas”.

El tema marcó las negociaciones durante toda la cumbre, donde la negativa inicial de Venezuela, Cuba a Nicaragua a condenar la invasión rusa marcaban la pauta. A medida que avanzaron las negociaciones, La Habana y Caracas aceptaron una condena explícita a la invasión y Nicaragua se quedó sola en su rechazo, tal como ya ha hecho en la Asamblea General de la ONU, votando en contra de las resoluciones.

“Discutimos mucho, por supuesto, el hecho de que todos quieren que esta guerra termine y que la paz debe ser duradera y que debe estar centrada en la Carta de la ONU”, señaló la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

El empantanamiento de las negociaciones sobre una fórmula de consenso evidenció el reto de acordar posiciones entre la UE, un bloque sumamente institucionalizado, y un foro heterogéneo de 33 países como la Celac.

A pesar de las dificultades, el primer ministro interino de Países Bajos, Mark Rutte, consideró que la cumbre -pensada como una oportunidad para revitalizar los vínculos, luego de ocho años sin encuentros- fue un éxito. “La unanimidad con casi 60 países es imposible, ni siquiera en la Unión Europea de 27 países es siempre posible estar todos de acuerdo”, sostuvo.

El debate por Ucrania corrió el foco del importante anuncio de inversión del bloque europeo. El lunes, Von der Leyen anunció que la UE planea una inversión de 45.000 millones de euros en América Latina y el Caribe como parte de su esquema Global Gateway, que rivaliza con el programa de inversiones en infraestructura de la Ruta de la Seda de China. Además, dijo que prepara un programa que destinará 60 millones de euros para programas de inclusión social.

Entre los logros se encuentran el acercamiento, impulsado por Francia, entre el gobierno de Venezuela y la oposición y los debates comerciales y sobre desafíos como el cambio climático. La cuestión de Ucrania también opacó el debate impulsado por los países del Caribe sobre reparaciones por siglos de colonialismo y esclavitud infligidos por las potencias europeas.

El presidente argentino, Alberto Fernández, llegó el lunes a Bruselas para participar de la cumbre. Allí estuvieron también otros jefes de Estado latinoamericanos como Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile; Gustavo Petro, de Colombia.

Después de años de relaciones distantes, ahora la UE intenta renovar el intercambio comercial, afectada, si, por la guerra en Europa del Este, pero también debido a la creciente alarma por el avance de China en la región latinoamericana.

Así lo expresó von der Leyen en un foro empresarial paralelo a la cumbre de Bruselas: “El mundo es más competitivo y conflictivo que nunca. Todavía tambaleándose por la pandemia de covid-19, el mundo está sufriendo un duro impacto por la agresión rusa contra Ucrania -expresó-. Y esto sucede en el contexto de la creciente asertividad de China en el extranjero”.

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