El video de un futbolista agrediendo a un árbitro durante un partido se hizo viral. Sin embargo, la noticia del suicidio del jugador Williams Alexander Tapón arrojó una nueva perspectiva a la historia. Después de su muerte, salieron a la luz audios preocupantes en los que Ariel Paniagua, el árbitro agredido, extorsionaba al joven futbolista exigiéndole la suma de $300.000 para evitar denunciarlo.
La familia del joven de 24 años denunció la extorsión y publicó los audios, en los cuales el árbitro culpaba a Tapón de su propia desgracia. En los mensajes, Paniagua hacía hincapié en el error del futbolista y afirmaba que toda la situación era "culpa de él". "Las personas que ven el video y leen los mensajes me dicen que debo denunciarlo para arruinarlo", expresó Paniagua en uno de los audios filtrados.
Según explicaron los hermanos de la víctima, el árbitro envió varios mensajes de audio en los que solicitaba el dinero para resolver el asunto de manera privada. "Honestamente, no quiero presentar una denuncia, ¿entiendes? Quiero llegar a un acuerdo con el chico por su propio bien y terminar con todo esto", continúa el diálogo de Paniagua. "Le daré tiempo hasta la tarde, pero si no llegamos a un acuerdo, me veré obligado a presentar la denuncia, ya que su abogado me está presionando", concluyó el audio.
Después del incidente en el complejo deportivo Estación 98, en Sarandí, donde ocurrió la agresión durante un partido de fútbol amateur, el árbitro sufrió lesiones graves. Los fiscales consideraron la posibilidad de detener a Tapón debido a la gravedad del ataque y la evaluación médica del árbitro. No obstante, tras la trágica noticia del fallecimiento del futbolista, se cerró el caso penal y se inició una nueva investigación paralela en otra fiscalía para esclarecer las circunstancias del suicidio.