“¡Yo vi cómo me lo mataron. Peor que a un animal me lo trataron y la asesina sigue libre!”, exclamó entre llantos María Juana Paredes, la madre de Jorge Luis Díaz Coronel, un joven de 30 años que fue asesinado la madrugada del domingo en el barrio 143 Viviendas, ubicado en la zona de Manantial Sur.
El hecho ocurrió alrededor de las dos de la mañana. Según le contaron a LA GACETA, Juana y Mercedes Paredes, hermana de la víctima, Jorge habría sido asesinado por A., la hija de su pareja, P. (55), quien vive a la vuelta de su casa. “Él empezó a molestar y a hacer ruido porque decía que quería salir, como no me dejaba dormir le abrí la puerta para que salga. Cuando vi que se demoraba me fui a buscarlo y vi cómo desde la esquina la hija de su novia le disparó cuando él ya estaba volviendo. No tuvimos ni tiempo de llevarlo al hospital porque se murió al instante”, dijo Juana. “Cuando le dispararon a mi hermano mi mamá fue corriendo para ayudarlo, él le intentó decir algo pero no pudo porque le empezó a salir sangre por la boca y se cayó a la vereda, ahí perdió la vida”, agregó Mercedes.
Relación tormentosa
Los familiares de la víctima contaron que la relación entre Jorge y P. era bastante “tormentosa” porque los hijos de ella no aceptaban a Coronel, aparentemente por la diferencia de edad que había entre ambos. “Ellos estuvieron diez años de novios, pero durante todo ese tiempo fue un infierno lo que vivió mi hermano porque los hijos de ella nunca lo aceptaron a él; lo golpeaban, le metían puñaladas, le pegaban con ollas, incluso le hicieron un corte en la oreja. Buscaban hacer conflictos para que ellos dos se separen”, dijo su hermana.
Jorge y P. se conocieron cuando ambas familias vivían en el barrio San Martín, ubicado entre avenida H. Poviña y Camino de Sirga. “Nos criamos todos ahí, pero nunca llegamos a pensar que él se metería con ella. Después de que nos mudamos para aquí, hace 13 años aproximadamente, ellos comenzaron a salir y ahí empezaron los problemas”, dijo Juana. Según contó Mercedes, Jorge padecía consumo problemático de drogas y su madre tenía que salir todas las noches a buscarlo por las calles del barrio. “Su adicción comenzó cuando era adolescente pero empeoró cuando se puso de novio porque ella y su hija eran las que le vendían el paco”, dijo Mercedes.
Además, contó que en 2021 Jorge viajó un año y medio hacia Río Negro para trabajar como cosechero de frutas y también para intentar recuperarse de su adicción a las drogas, pero esto último fue en vano porque “viajó con ella y su situación empeoró”. También dijo que durante su viaje al sur del país su hermano estuvo detenido unos meses en el penal de Río Negro y que allí descubrieron que Jorge tenía retraso mental. “A los policías les llamaba la atención cómo hablaba, cómo se movía y cómo actuaba; entonces allí le hicieron estudios y le diagnosticaron retraso mental”. “Nosotros intentamos ayudarlo; queríamos que vaya a rehabilitación pero nos dijeron que como ya es una persona mayor tenía que ir por voluntad propia”, contó su prima Florencia.
Amenazas
La madre de Jorge denunció que los cuatro hijos de P. constantemente amenazaban a su familia con hacerle daño a ellos y a su hijo. “Como viven todos acá a la vuelta pasaban todo el tiempo con sus motos por la puerta de la casa y nos gritaban que ‘a donde lo agarremos lo vamos a matar’ o ‘algún día voy a pasar y te voy a matar a vos’”, contó.
“Acá hay un montón de testigos, pero son los chicos que se drogan entonces no quieren hablar porque le tienen miedo a A.. Ella los tiene a todos amenazados porque es la que mueve en grande la droga por acá”, dijo Mercedes.
Carlos Paredes, tío de Jorge, advirtió que la zona está descontrolada debido al consumo y venta de drogas. “Todos los chicos están metidos en eso, lamentablemente. Los estamos perdiendo por toda la porquería que está dando vuelta; lo que más consumen es paco. Yo también tengo un hijo de 26 años que está metido en eso y no sé qué hacer; se ponen incontrolables”.
Actualmente la investigación del caso está en manos de la Unidad Fiscal de Homicidios de Feria, a cargo del fiscal Javier González Loch, quien junto con personal del ECIF y de la División de Homicidios de la policía de Manantial Sur, se presentó en el lugar para realizar las pericias correspondientes. “Yo quiero que A. pague por lo que hizo, que la metan presa de una vez. ¡No puede ser que siga libre; mató a mi hijo, se fugó con su moto y no sabemos dónde está! Encima la Policía nos dice que no puede hacer nada hasta que un juez les ordene detenerla”, concluyó Juana.
LA GACETA fue hacia la comisaría seccional 15, dependencia donde la familia de la víctima realizó la denuncia, pero informaron que el personal interviniente en el caso no se encontraba de turno y que no estaban autorizados a dar información al respecto.