Sí, el título de esta columna puede resultar algo frío tratándose de un triunfo de Los Pumas sobre los Wallabies, en suelo australiano y en la antesala de una Copa del Mundo, pero ahí está la mayor evidencia del crecimiento que ha experimentado el seleccionado argentino en esta última década a partir del Rugby Championship y esa breve estadía en el Súper Rugby. Hasta hace algunos años, ganarle a Australia era un hito histórico, merecedor de encabezados mucho más rimbombantes y efusivos, que dejaban de lado cualquier aspereza del juego en pos de celebrar la garra y el corazón Puma; hoy, en cambio, podemos darnos el lujo de festejar una victoria sin perder la cabeza ni dejar de señalar algunos aspectos por lo menos perfectibles.
De todos modos, lo primero que cabe apuntar de este 34-31 acontecido en Sidney es que Los Pumas levantaron la imagen que habían dejado en el debut ante los All Blacks, en Mendoza. Estaba claro que ese no era el nivel real del seleccionado argentino, y que ese comienzo extraño con tres tries en contra en 11 minutos los había condicionado para el resto del partido. Precisamente, el primer aspecto a mejorar ante Australia era el gran responsable de ese mal comienzo en el Malvinas Argentinas: la defensa. ¿Mejoró? Sí. ¿Puede seguir mejorando? También, y bastante. Porque otra vez Argentina pecó de blanda en el contacto, y por eso otra vez le marcaron un try casi de entrada. O sea, suele pasar que a Los Pumas les cuesta mucho más quebrar la defensa de los rivales que a los rivales (los del Championship, claro) quebrar la defensa de Los Pumas. Aunque no fue tanto el caso de Australia, que ofreció bastante poco en esa primera mitad más allá del try inicial. Y cuando le tocó defenderse, fue todavía más floja. De no ser por la falta de efectividad de Los Pumas para capitalizar las chances claras que generaron, el parcial debería haberlos favorecido claramente en lugar de cerrarse en 10-10.
Las formaciones fijas, en especial el scrum, siguen sin tener la solidez que se espera. Ese seguramente será otro de los focos principales de atención en el trabajo de estas próximas dos semanas, que culminarán con la visita a Sudáfrica, en el cierre del Championship. Justamente, los Boks (sometidos ayer por Nueva Zelanda 35-20) se caracterizan por ser el rival físicamente más duro, por lo que Los Pumas deberán mostrar una firmeza superior a la vista hasta ahora.
Por supuesto, párrafo aparte merece lo de Mateo Carreras: el tucumano venía de ser una fiera tackleando All Blacks, y esta vez pudo estar más volcado hacia la ofensiva. Y en uno de esos ángulos picantes con cambio de paso marcó un try que confirma su gran momento. No sólo debe ir al Mundial; debe ser titular.
También cabe mencionar el buen debut del mendocino Rodrigo Isgró, uno de los “refuerzos” provenientes de los Pumas 7’s. En cuestión de wings sobran alternativas de calidad.