Alianza Francesa: distinguen a dos estudiosas de Borges

La escritora rumana Alina Diaconú y la filósofa tucumana Cristina Bulacio fueron distinguidas con el premio Paul Groussac, por su gran aporte a la cultura, en el marco de los festejos de la Alianza Francesa en sus 100 años y en un nuevo aniversario de la Toma de la Bastilla. El acto, realizado ayer en la sede de la institución, se organizó conjuntamente con la Fundación Cartier.

“Hoy homenajeamos a dos eminencias. Este un reconocimiento a su incansable trabajo y pasión, y a su legado, que nos enriquece a todos”, resumió al iniciar la ceremonia Mariana Sawaya, directora de la Alianza Francesa.

Del evento formaron parte miembros de la Alianza, autoridades provinciales y municipales y parte de la comunidad francesa en Tucumán. “Nos reunimos para conmemorar otro aniversario de la Revolución Francesa, un hecho de gran interés que alteró los ejes de rotación de la historia”, expresó el periodista e historiador Álvaro Aurane, a cargo de una reseña y reflexión sobre el acontecimiento. “La revolución trae la modernidad; trae un nuevo tiempo, no importa el lugar. Primero en Francia, luego por Europa y más tarde en el resto del mundo -destacó-; nosotros somos tributarios de ese momento. A ella le debemos la Revolución de Mayo [...], el concepto de ciudadanía, el de república, pero también le adeudamos valores. Nos olvidamos de la fraternidad, fracasamos en el valor de la igualdad y en la libertad”.

Sentimientos

No es casualidad que el premio -que debe su nombre al escritor francés- se entregue en Tucumán. “Groussac tuvo mucho que ver con la provincia [...] Él vino al país en calidad de educador y marcó una generación, con una idea muy clara de modernidad. De alguna manera, Paul Groussac fue forjador intelectual de este Tucumán; fueron muchos los discípulos de él que crearon el Tucumán moderno”, advirtió el abogado e historiador José María Posse.

Finalmente, llegó el momento de ellas. La primera en recibir el premio fue Diaconú: escritora, nacida en Rumania, pero radicada en Argentina desde 1959. Es autora de libros, novelas, cuentos y ensayos, y también colaboradora de LA GACETA Literaria desde hace décadas. “Es muy importante este premio, porque Francia jugó un papel fundamental en mi vida; el francés fue mi segundo idioma -recordó-; y porque a Groussac me unen algunas cosas, salvando las distancias: ambos llegamos sin hablar el idioma y nos convertimos en escritores de lengua castellana [...] y también me unen algunos problemas de visión. Nos unimos en lo bueno y en lo malo, porque así es la vida”.

Luego fue el turno de Cristina Bulacio, ensayista, profesora titular consulta de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y muchas cosas más. “Por miedo a tener nervios espantosos, he traído una pequeña cosa escrita. Antes que nada quiero agradecer a la Fundación Cartier y a la Asociación Francesa, una institución que ha alimentado a los jóvenes y no tan jóvenes y que ha fomentado la cultura. Quiero hacer hincapié en dos cosas, dos asuntos vitales para mi: mi condición de provinciana; pertenezco, con orgullo, a la argentina profunda, dónde se escuchan los ecos de nuestro pasado [...] y lo segundo, es manifestar la formación de excelencia que tuve, en esta provincia. En aquellos tiempos Francia era una meca; nuestros profesores siempre nos invitaban a leer y a debatir a sus pensadores [...] Con estas pocas palabras, cargadas de nostalgia, alegría y agradecimiento, vivo este momento de plenitud que me fue obsequiado”.