“Quiero una compañera de trabajo como Dolores”, “A partir de ahora, a mi jefe lo voy a saludar como El Mariscal”, “Yo soy del #TeamMati”, “Picante sos mi ídolo”. Los comentarios en los videos de TikTok de José “Pepe” Ramón lo dicen todo. Los chicos son estrellas. Algunos de los audiovisuales superan los dos millones de views; tienen más de 130.000 seguidores y cosechan fanáticos en todo el mundo. Y aunque parece intangible, la fama les llega: Mariscal cuenta que si sale al shopping, la gente lo para; y Pepe agrega que hay turistas que se llegan al local solo para conocer a los chicos. Las nuevas celebrities, en tanto, siguen su día a día como si nada. Llegan, con una gran sonrisa, todas las mañanas a trabajar. Pero hay algo disruptivo: de repente, alguna cámara de celular los sorprende; no son ni Mirtha ni Susana, son los empleados de la firma Mipol Repuestos (Grupo Autopartes). Siendo ellos, nada más.
En cada video se muestra su día a día. Pepe -que administra la empresa- es la voz en off que los graba: los enseña en sus tareas diarias, registra algunas charlas divertidas y mantiene al público informado sobre la vida y la salud de los chicos. Trabajan y se divierten: ellos tienen síndrome de down o algún grado de retraso. En la empresa -que vende repuestos para automotor- cada uno tiene su función: Martin “Tincho” Hecker -que además es músico en “Los Leones”- está en el área de logística y reciclaje; Dolores Orozco forma parte de administración y catering; Rodrigo “El Picante” Villagra trabaja en el ingreso de materiales; Matías Flores se encarga de la producción de agua mineralizada y Alejandro “El Mariscal” Rodríguez es nada menos que líder de equipo.
Pero no son todos -advierte Pepe-. “El equipo está con algunas bajas por ahora”, explica cuando recibe a LA GACETA en sus oficinas. No llegamos en un día común; los chicos están de fiesta. Cada uno va a ser distinguido como “empleado del mes” en su área. “Es para resaltar cómo viene trabajando cada uno de ustedes. Nosotros estamos muy felices, y queremos retribuirles esto”, dice Ramón a sus colaboradores al iniciar la miniceremonia.
Viviendo con la fama
Esta entrega surgió también en TikTok. Pepe subió un video contando que Matías iba a ser declarado empleado del mes; el público comenzó a felicitarlo y a pedir algunas tomas de la entrega del galardón. Pero los fanáticos también empezaron a pedir por el resto del equipo; y los chicos se pusieron un poco celosos. Al final, todos son lo mejor que hay en sus áreas de trabajo. ¿Por qué no reconocerlo?
La ceremonia se puede ver en la cuenta de Pepe (@peperamon.ramonazo). “La verdadera inclusión”, “¡Felicitaciones a todos! ¡Qué gran equipo son!” y “¡Yo también quiero trabajar en un lugar así!”, son algunas de las respuestas de los usuarios. Por supuesto, los chicos están más que felices: “son todas muy buenas personas aquí. Siento orgullo y estoy muy contento”, dice Mariscal. “Me gusta hacer los videos con Pepe; quiero mejorar y seguir haciendo estas cosas buenísimas”, agrega “El Picante”, que es tan famoso que ya tiene su propio rap (con videoclip incluido). Todos tienen brillo propio: Dolores cuenta que hay fans que le mandan vinchas de colores, para sus outfits laborales.
Los chicos son muy felices. Es conocida la labor inclusiva de Mipol, pero con este empuje en el mundo online todo se maximiza. Trabajan y se divierten -repiten-. Aprovechando el evento, los empleados festejan un poco: “Tincho! se pone a bailar “La pollera amarilla”, “El Picante” muestra la reverencia que lo hizo viral en Tiktok y “El Mariscal” repite su saludo “¡Hooola Pepe queridooo!”. Dolores, en tanto, solo atina a reír; es esa risa fuerte y contagiosa la que alegra todas las mañanas a sus compañeros. Pero ojo, que también hay que trabajar...
Efecto rebote
Terminada la entrega, los chicos salen de la sala de reuniones y se van juntitos al depósito. Los lentes, por supuesto, los siguen. Las cámaras de TikTok y las de LA GACETA van detrás. “Nos pongamos así, abrazados, como los buenos amigos que somos”, dice “El Mariscal” ante el pedido de foto. Posan, sonríen y tiran besos a la cámara. De nuevo, hay que decirlo: son estrellas. Y no sólo ganaron confianza con esta acción, sino también reconocimiento. Y encima, la labor produjo efecto contagio.
¿Lo mejor de todo? Esto se dio de forma espontánea. “Yo soy cero de las redes sociales; subía los videos de los chicos a Facebook, pero de repente llevé uno a TikTok y tuvo millones de vistas. Y así empezamos”, relata Pepe y reflexiona: “la idea es subir este contenido y que trascienda. Pero lo más lindo es que muchas empresas nos hablan y están interesados en incorporar a más chicos, o ya lo están haciendo. Nos hablan y nos preguntan cómo hay que hacer, y a todos les decimos lo mismo: si no lo hacés por amor, va a ser imposible. Porque hay una parte linda, pero también hay situaciones complicadas, como con cualquier empleado”.