Bariloche, destino ideal para estas vacaciones

Nieve segura y un sinnúmero de actividades para realizar. San Carlos de Bariloche es uno de los puntos más visitados en estas vacaciones de julio. Los paisajes imponentes, el clima fresco y las opciones gastronómicas lo hacen un gran destino para los turistas: hasta agosto, la ciudad ya tiene una ocupación del 90%. Así que si estás pensando en ir, tenés que apurarte. Alojamientos, actividades y platos para probar: te contamos precios y opciones para organizar tu próximo viaje.

Vamos por partes. Lo más complejo -con estos niveles de ocupación- es encontrar un buen lugar para pernoctar. La villa turística tiene una variada oferta, para todo tipo de gustos y para todo tipo de bolsillos: los hoteles, en categorías básicas, parten de $25.000 la noche, mismo precio que tienen las cabañas y logdes, de estilo rústico e inmersas en la naturaleza. Las familias, con más necesidad de espacio y flexibilidad, podrán optar por departamentos y otros alquileres vacacionales. Y si deseás ahorrar o vivir una experiencia un poco más sociable, los hostels son perfectos para vos: las tarifas parten desde los $12.000.

Una vez resuelta la mayor problemática, hay que pensar en las actividades. ¿Qué hacemos? Por suerte, turismo aventura hay de sobra: lo primordial es la visita al Parque Nacional Nahuel Huapi, emblema de Bariloche, declarado por la Unesco parte de la Reserva de la Biosfera Andino Patagónica; allí se pueden hacer paseos lacustres o avistamiento de aves. Y si te interesan las actividades más deportivas, podés reservar una tarde para hacer esquí y snowboard en el Cerro Catedral. ¿Alguna vez te imaginaste usando raquetas de nieve? En Bariloche podés hacerlo; hay excursiones cortas guiadas con prestadores en los Cerros Otto, Challhuaco y en el López. Si vas con chicos, no te podés perder la oportunidad de pasear en trineo; en el Cerro Otto y en el Cerro Catedral hay pistas hechas especialmente para esta actividad.

Delicias para el paladar

La oferta gastronómica de Bariloche es amplia y calórica, gracias a su influencia europea. El plato más requerido es el cordero patagónico, una especialidad y tradición de la zona; el plato cuesta desde $5.000. Otra estrella es el curanto, una comida de origen araucano; la porción para dos cuesta $6.500. También podés hacer tours por chocolaterías artesanales, probar trucha patagónica, vivir la experiencia de un fondue de quesos o visitar una casa de te: la propuesta para dos se consigue desde $6.000.