Recientemente la OMS (18-19 de mayo) pronunció que “los edulcorantes artificiales no son efectivos para las dietas y que además pueden estar asociados a enfermedades. Por lo tanto indicó, hay que evitarlos y reemplazar su consumo dando prioridad a ingredientes naturales”. Obviamente es un tema a tratar con mucho cuidado en aquellas personas que padecen diabetes. También se pronunció F. Branca, director en Nutrición de la OMS, diciendo que “las personas deberían consumir los azúcares presentes en frutas, etc”.
Agrega la OMS que “es riesgoso consumir edulcorantes mucho tiempo, sin cambiar hábitos de vida y que no ayudan a perder peso.” El sistema de revisión TEM de la UE dice “que el consumo frecuente puede causar daños metabólicos”. P Kenny de la UCA (Bs. As.), coincide que los edulcorantes es un tema actualmente controvertido en todo el mundo y están siendo “reevaluados en la UE y en la propia OMS, señalando en primer lugar al aspartame, al acesulfame k y a la sucralosa”.
A fines de Junio una agencia de la OMS “declara como posible cancerígeno al aspartame” muy usado en las gaseosas “light”. La advertencia proviene de la prestigiosa IARC. El Centro para la Ciencia de USA dice “caución” para la sucralosa y “evitar los sintéticos”.
Desde 1995 me interesó analizar esta cuestión de los edulcorantes y los denominé “los competidores de la sacarosa” (ver libro “Agronomía de la caña de azúcar”, en pág. 35-45, Tomo I). Al presente, llama la atención la cantidad de estos productos que importa el país (sobre todo el promedio 2021-22) que, según la Consultora de A. Carrizo y Asoc., alcanzó a 738.575/t en equivalente de azúcar blanco que le resta al mercado interno. De ser así, es una cifra muy elevada que representa más de la mitad de la producción tucumana del azúcar total, pues en quinquenio 2018- 22 fueron 1.343.993/t. En 2014, un buen trabajo del IDEP ya reflejaba estos valores en cantidades importadas de edulcorantes.
Decir entonces que sl consumo interno de esos productos no calóricos era de 8 Kg/hab/año equivalentes en azúcar, Hoy se duplicó. Entre 2012-13 había pasado las 700.000t. El aumento comenzó en 2011. En 2013 el consumo era, sacarina 32%, aspartame 29%, sucralosa 20%, ciclamatos 11%,acesulfame 6%, stevia 1%, etc. (no hay nuevas estadísticas). La citada consultora estima una disponibilidad de azúcar para el mercado interno nacional en 2023, de 1.350.000/t (excluidos exportaciones y biocombustibles). Así aquella cifra equivalente en edulcorantes sería 54,7%. El consumo habitantes/año de azúcar estimado para 2023, rondaría 29,3 Kg. con una población de 46.044.703 personas según Indec 2022. Aquel valor por año representa 80,27 gr/día de azúcar/habitante o sea llevan 321,08 Kcal/gr. Partiendo de que la sacarosa brinda sólo 4Kcal/gr.
“Dulzura relativa”
La OMS sugiere consumir unas 250 Kcal/día en azúcar, con lo cual nuestro país estaría con sólo 28,4% más. Si consideramos las cifras equivalentes de edulcorantes importados, representan 16,04 Kg/azúcar/hab/año, o sea 43,9 gr/día con 175,6/K/cal/gr. Pero la cantidad de esas calorías en los edulcorantes químicos es mucho menor pues varias poseen cero calorías ( ver pág, 38 libro). Los edulcorantes artificiales se conocen desde 1879, cuando L: Faheberg de la Universidad “J. Hopkings” de los EEUU descubrió por casualidad un compuesto químico dulce derivado de la oxidación de toluenos sulfurado y recién lo patentó en 1901 bajo el nombre de “sacarina”, con sales de calcio y sodio. Posee una “dulzura relativa” 300 veces mayor que la sacarosa, pero por su toxicidad encontrada a través de los años, fue descartada en algunos países.
En apretada síntesis, a partir de 1937 surgen los ciclamatos de calcio y sodio con poca dulzura relativa –solo 30 veces mayor- y al igual que la sacarina son muy poco solubles en agua. Luego aparece el aspartame como una combinación de dos aminoácidos, y una dulzura relativa 200 veces mayor con lo cual va ganando mercados, al igual que el Acesulfame K (de Potasio), también con dulzura mayor en 200 veces. La sucralosa en 1976.
Hoy en día están en proceso de investigación más de 20 productos sintéticos para competirle a la sacarosa, con increíbles valores de dulzura que oscilan entre 15 veces a 5.200. Por lo general los edulcorantes se dividen en: 1) Nutritivos y 2) No nutritivos. En los primeros están el sorbitol, la stevia y el jarabe de maíz con alta fructuosa (HFCS). En los segundos (gran mayoría) la sacarina, los ciclamatos, el aspartame, la sucralosa, el acesulfame K, el manitol, el advantamo, la neohesperidina, y neotame, etc. Se encuentran en danza el alitamo , la taumatina, la filoducina y la talima, etc. Una gama demasiado amplia. En la población Argentina, se detectó que el 42% de la misma (entre 15 y 65 años) consumen sacarina, aspartame, sucralosa y acesulfame K. Los ciclamatos en menor medida. Es llamativa la cifra. Pero se hace muy difícil detectar a simple vista que producto se consume, cuando los sobrecitos tienen una letra muy pequeña.
Un aspecto a tomar en cuenta se refiere a las impurezas de estos edulcorantes artificiales, pues no son químicamente puros y eso hace a la salud humana. En cambio la sacarosa (azúcar) posee impurezas menores al 0,1% (nada) que consiste en agua y poquísimas sales de calcio etc. La sacarina y los ciclamatos tienen 2% de impurezas. Respecto al sabor, la sacarosa es única (por el buen sabor) mientras en los demás compuestos se introducen otros gustos. Por eso, la “dulzura relativa”. Desde el punto de vista alimenticio no aportan ningún nutriente.
Existen otros productos que se emplean industrialmente como los “polialcoholes” y se destacan el sorbitol, el xilitol y manitol. Poseen menor poder endulzante y aportan las mismas calorías que la sacarosa. El primero es una hexosa que proviene de la fruta del serval, descubierto en 1872. Está en cáscaras de cerezas y peras. El xilitol es conocido desde 1891, muy usado en los “chicles”. El manitol (otra hexosa) está en ananá, olivos, higos, etc. El sorbitol y xilol están incluídos en Art. 1371 del Código Alimentario Argentino(CAA).
Sin problemas
Párrafo aparte merece la “stevia”, planta originaria del Paraguay y su nombre botánico es Stevia rebaudiana Bertoni. El glucósido del Steviol tiene dos compuestos principales que son el “steviósido” y el “rebaudiosádo A” (RebA), considerados los más seguros para consumo según la FDA de los EEUU. Posee 300 veces más dulzura relativa y su sabor endulzante ya la conocían los guaraníes, quienes la enseñaron a los españoles. La llamaban “Ka’a-he’e”. Está incorporada en el Art 1370 del CAA. Los glucósidos mencionados y purificados no tienen efectos secundarios adversos sobre todo en forma líquida. Por eso es mezclada sin problemas en bebidas sin alcohol en Japón, Perú, etc. Estos glucósidos son especiales para personas diabéticas por su origen natural y orgánico y reduce los niveles de glucosa en sangre. Aptos para dietas hipocalóricas y poseen poder antioxidante. Kenny, director en la UCA (Buenos Aires) coincide que con la Stevia no se causan efectos secundarios adversos. Comenzó a desarrollarse en 1960, pero a partir de 1965, cuando fueron llevadas plantas a Japón, surgió una poderosa industria que en poco tiempo desplazó a los otros edulcorantes en un 40% en él SE Asiático. Ahora está en discusión si usar las hojas o procesarlas. La FDA no admite hojas pero otros las aceptan. El suscripto la introdujo en Tucumán en 1980 (ver La Gaceta Rural, Junio 18- 2010) existiendo hoy en día una importante plantación en Acheral.
Los países varían en aceptar o no a ciertos edulcorantes. No hay una forma única. Nuestro país se rige por la Ley Nacional 18.284 (de 1988) que contiene al Código Alimentario Argentino. Allí figura otro endulzante natural que ha ganado mucho mercado (y en todo el mundo), que es el Jarabe de maíz con alta fructuosa (HFCS). Proviene del almidón obtenido por “molienda húmeda “ del maíz, luego pasa a glucosa y por la enzima isomerasa termina en HFCS. Se comenzó con el 42% y hoy está en 55%. Al ser un líquido tiene una gran cabida en endulzar las bebidas sin alcohol pero aporta las mismas calorías que la sacarosa. La última estadística disponible fue proporcionada por la Consultora A. Carrizo y Asoc. para el período 2021 indicando que la oferta interna es de 740.085/t equivalentes en azúcar blanco. Sería el 54,8% de lo requerido por el mercado azucarero nacional. Cifra a tomar en cuenta. Argentina es 5° productor mundial.
Lo mejor, la moderación
El abuso de estas bebidas causa obesidad. El citado CAA reglamenta en varios artículos el empleo de los edulcorantes, tanto artificiales como naturales. En el Art 1348 admite la sacarina, ciclamatos y aspartame con los valores de ingestas diarias en cada caso (IDA). Las cifras se dan en mgr/Kg/peso corporal, ya sean consumidos directamente o en alimentos. En el Art 1371 incorpora al steviosido y al acesulfame K y en el Art 1353 define los poderes caloríficos de lípidos (grasas) con 9 Kcal/gr, el alcohol con 7 Kcal/gr/cc, los azúcares con 4 Kcal/gr al igual que las proteínas. Los valores máximos admitidos de esos edulcorantes están entre 2,5 a 40 mgr/Kg. para consumo directo pero usados en alimentos elaborados, acepta cifras mayores por cada 100 gr o 100 cc. El azúcar presenta los menores valores en calorías/gr que los otros productos según el CAA. Recientemente aparecen con fuerte presencia en el mercado, la stevia y la sucralosa. En ambos se reconoce que son aconsejadas para personas diabéticas. La sucralosa no aporta calorías y es 600 veces más dulce. Es soluble en agua y muy estable cuando es usada en preparar alimentos, dulces, etc. Creció un 952% en el país (IDEP) en diez años (2003-2013) Actualmente la stevia y la sucralosa son elaboradas por empresas azucareras argentinas. Consumir azúcar con moderación (en personas no diabéticas) parece ser lo mejor, habida cuenta sus bajas calorías y el poder nutritivo.