La inauguración de la primera mitad del edificio de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT dejó ayer una foto de peso institucional. Tanto el presidente Alberto Fernández como el gobernador Juan Manzur pudieron sumar volumen a su historial de obras públicas que se concretaron durante sus gestiones. La postal, sin embargo, tuvo bajo impacto político dado que ambos se encuentran en el ocaso de sus gobiernos, sin posibilidad de seguir en un cargo ejecutivo y alejados de la campaña nacional, sea por decisión propia o porque los apartaron de la mesa de poder en Unión por la Patria.
El primer mandatario estuvo poco más de cuatro horas en la provincia, dos días después del “faltazo” por el 9 de Julio. Llegó acompañado por los funcionarios nacionales Gabriel Katopodis (ministro de Obras Públicas) y Oscar Alpa (secretario de Políticas Universitarias). Fue recibido en el aeropuerto por Manzur y por Sergio Mansilla, presidente subrogante de la Legislatura (Osvaldo Jaldo tomó licencia). En el flamante “medio inmueble” del Centro Roberto Herrera (se edificó con fondos nacionales el 53% de la estructura de hormigón que se levantó en 2010) cortó la cinta de inauguración, descubrió una placa. También ecorrió las instalaciones junto al rector de la UNT, Sergio Pagani; la vicerrectora, Mercedes Leal; y la decana María Inés Gómez, entre otras autoridades provinciales y universitarias. Todo ello bajo un celoso operativo de seguridad, sin presencia de la prensa.
Posteriormente, Fernández brindó un discurso sin tintes proselitistas, en defensa de la educación pública, con “palos” a aquellos que dicen que las personas pobres no llegan a la universidad y con un compromiso: que pronto va a tener “cuerpo” lo que resta de la estructura de hormigón. “Ya vamos a empezar las obras para que ese esqueleto de al lado deje de ser un esqueleto y sea un edificio como este”, expresó en medio de los aplausos.
La obra que se inauguró ayer, en el marco del Programa Nacional de Infraestructura, se inició en 2020 con un presupuesto de $321 millones aportados por la Nación. Son 4.200 metros cuadrados en los que se construyó el auditorio principal, con capacidad para 320 personas; dos anfiteatros más pequeños; un laboratorio; una sala de computación; oficinas para las cátedras; y un núcleo sanitario, entre otros. Cuenta también con ascensor y acceso para la personas con discapacidad.
El Futuro, en el norte
Fernández recordó que el presidente Juan Domingo Perón fue quien dictó en 1949 la gratuidad de la educación universitaria para que pudieran acceder hijos de obreros y trabajadores. Indicó también que al llegar a la Casa Rosada en 2019 el 80% de los recursos destinados al desarrollo científico y tecnológico eran destinados al área metropolitana de Buenos Aires y sólo el 20% al interior del país. “Era un enorme error, por eso cambiamos esa ecuación. Hoy el 80% de los recursos van al interior del país y el 20% al área metropolitana”, dijo
El jefe de Estado puso énfasis en que el futuro de los argentinos está en el norte. Enumeró que hay agricultura, ganadería, litio, cobre, energía solar y limones. “Lo que el mundo necesita, hoy en gran medida, está en el norte de la Patria”, remarcó. Afirmó que sólo en Tucumán hay 380 obras públicas en ejecución y que se invirtieron $166.000 millones en obras en la provincia.
“Para siempre”
Manzur, en tanto, se mostró sin su sonrisa característica. En su discurso agradeció las inversiones en infraestructura universitaria, defendió la educación pública y destacó que Tucumán siempre fue un faro de enseñanza para el norte. “Esto abre sus puertas hoy y es para siempre. Es mirar un futuro mejor para Argentina”, ponderó ante un auditorio ocupado en un 50%, con ministros, legisladores, diputados, senadores, secretarios y autoridades universitarias.
Pagani, por su parte, agradeció al Presidente por haber “rescatado el financiamiento que estaba realmente perdido”. Destacó que los estudiantes podrán pasar su tiempo en un edificio que les brinde condiciones más dignas. Se verán beneficiados unos 2.900 alumnos.
Se hizo saber que las obras restantes para completar el esqueleto de hormigón comprenden el sector del Decanato, el bar comedor, la biblioteca y aulas adicionales, entre otros. La nueva obra demandará inversiones por unos $900 millones. Está previsto que toda la Facultad se traslade allí.
Almuerzo distendido
Empanadas y lomo con verduras entre charlas de fútbol con dirigentes tucumanos
Luego de haber encabeza la inauguración de las obras en el Centro Herrera de la UNT, Fernández y Manzur se trasladaron hasta un salón de un hotel ubicado frente al parque 9 de Julio para compartir un almuerzo junto a un reducido grupo de dirigentes tucumanos. El menú fue un lomo con verduras asadas y empanadas de entrada. Lejos de que las PASO sean el tema excluyente de conversación, asistentes al convite afirmaron que fue una charla sumamente distendida, como de compañeros que no se ven hace tiempo. Comentaron que se habló mucho de fútbol, aunque sí se comentó sobre las mediciones en las distintas provincias, de los votos que cosecharía Juan Grabois y de lo conveniente que sería para Unión por la Patria. Se afirmó que tampoco hubo definiciones importantes de parte del Presidente. Sí se mencionó que Manzur puso en contexto al Presidente de la performance que tuvo el oficialismo durante los comicios locales.
Pedido por enfermería
“Somos UNT, pero nadie nos mira; tenemos 6.000 estudiantes en tres aulas”
Docentes y otros miembros de la Escuela de Enfermería de la Universidad Nacional de Tucumán se apostaron sobre las vallas que rodearon el edificio inaugurado para solicitar al Presidente que gestione o peticione ante las autoridades de la UNT el anhelo de que la institución sea una Facultad y que cuente con la infraestructura adecuada para el dictado de clases, según explicó la ex directora Angelina Liezul. “En los 70 años de la UNT, no han invertido nada en la escuela; no tenemos aulas y el centro de simulación es tan pequeño que no puede albergar a los más de 6.000 estudiantes. Nuestro pedido es que el presidente nos tenga en cuenta. Somos UNT pero nadie nos mira. Seguimos amontonando 6.000 estudiantes en tres aulas, sin autonomía porque no somos facultad y el decano de turno pone o saca las directoras. Esperamos que alguien nos escuche”, dijo.