“Soy culpable de esto, lo hice porque mi hijo es ‘pipero’, drogadicto y alcohólico; sale y les roba a los vecinos, les tira piedras a los colectivos y tiene problemas con todo el mundo. Me pega, me maltrata, tira las puertas a patadas y me saca plata. Yo amo a mi hijo, señor juez, soy ignorante y estuve mal, pero quería protegerlo porque ya lo habían amenazado y tenía miedo de que me lo maten”, señaló destrozada Sonia, la madre de Julio, el hombre de 34 años que fue hallado encadenado en una habitación de condiciones inhumanas. En la audiencia que se realizó ayer, la mujer, que fue imputada por privación ilegítima de la libertad agravada, desnudó el difícil contexto en el que se dio la situación.
Sonia lloró, pidió perdón y expuso el dolor de quienes tienen la pena de tener un familiar perdido en el consumo de drogas. “La gente le tiene miedo, lo internamos en el Obarrio varias veces pero se ‘piraba’. La última vez me quemó parte de la casa y casi quedamos en la calle. Mi marido nos dejó, se cansó de él y me quedé sola; no sabía qué más hacer y lo encerré… estoy muy arrepentida, quiero quitarme la vida”, confesó la mujer.
Prisionero
El sábado, la Policía allanó cinco casas en busca de un prófugo, que no fue hallado. En uno de esos domicilios, en una casa lindante con las vías del tren, en el barrio 21 de Septiembre, de Villa Carmela, escucharon un grito que venía del fondo y se acercaron hasta una habitación que había sido construida detrás de la vivienda. Allí los efectivos, al mando de los comisarios Walter Colombres y Joaquín Girvau, hallaron a Julio en circunstancias calamitosas: había sido encadenado al techo del cuarto, en el que solo tenía un colchón sucio. Usaba como baño un hueco en el suelo que conectaba con el exterior. Al ver a los policías, la víctima pidió ayuda en un lenguaje poco comprensible. Una ambulancia del servicio 107 lo trasladó al Obarrio, donde los médicos confirmaron que tenía signos de desnutrición, de deshidratación y que presentaba golpes y lesiones en el cuerpo (algunas autoinfringidas).
En la casa fue detenida Rocío, hermana de Julio, quien el lunes fue imputada por el mismo delito que su madre. Sonia se presentó horas más tarde al enterarse de que la Policía la estaba buscando. A ambas se les dictó la prisión domiciliaria por 14 días.
Acusación
El auxiliar Exequiel Filmann, siguiendo órdenes del fiscal Carlos Picón, que subroga la Unidad de Violencia Familiar y de Género, no pasó por alto la argumentación que dio la imputada a modo de justificación, pero subrayó que “el hombre fue encerrado en una habitación de techo de chapa, sin aislante. Estaba expuesto a las bajas temperaturas, lo hallaron lesionado, desnutrido, deshidratado y sin higienizar. Ni a un animal se lo puede tener de esa manera, es inhumano y muy pocas veces antes se ha visto”. Incluso, quizás haciendo referencia a una escena de la película “El secreto de sus ojos”, añadió: “situaciones así de graves sólo se ven en películas”.
Por esa razón, el auxiliar fiscal solicitó la prisión preventiva para Sonia -tal y como lo había hecho para su hija Rocío- al entender que medidas de menor intensidad podían llevar a un entorpecimiento de la investigación del caso. Filmann explicó que deben establecer cuánto tiempo tuvieron a Julio encerrado ahí, en esas condiciones inhumanas. A su vez, indicó que deben tomarle declaración a los efectivos que realizaron la medida, a los vecinos y a los testigos que supervisaron el allanamiento.
Esquizofrenia y retraso
Por su condición de discapacidad, Julio fue representado en la audiencia por la defensora de niñez Lorena Arquez, quien le informó al juez de la audiencia, Guido Cattáneo, que su asistido padece de esquizofrenia y retraso madurativo. Confirmó lo que ya había adelantado Filmann sobre el estado de salud física de la víctima y agregó que en el Obarrio le informaron que Julio permanecía dormido y con medicación. Más tarde, personal del psiquiátrico se comunicó con la profesional para brindarle más detalles. “Me informaron que está clínicamente estabilizado, pero no está en condiciones de ser entrevistado aún”, mencionó antes de que finalizara la audiencia. También solicitó que se ordene la internación del paciente, que llegó en estado agresivo al hospital. “Claramente, Julio necesita una internación especializada que no podrían darle en su casa”, consideró Arquez.
Medidas menores
El defensor, Cristian Alejandro Hermosa, pidió que se valore el contexto en el que ocurrió el hecho y que se tenga en cuenta que Sonia tiene a su cargo a dos hijos adolescentes, de 14 y 15 años. “La señora detalló lo que es su día a día, no encontró otra solución para proteger a su hijo. Tengamos en cuenta la vulnerabilidad de todas estas personas”, argumentó, y pidió medidas de menor intensidad.
Resolución
El juez Cattáneo finalmente le dictó a Sonia el arresto domiciliario y ordenó la internación de la víctima. Además le dio intervención a la Dinayf para que investigue el contexto familiar en el que viven los hijos menores de la imputada, con el fin de restablecer sus derechos si fuera necesario.