10 Julio 2023
MEMORIA. Control policial en la marcha para recordar a Adama Traore. REUTERS
PARIS, Francia.- El estallido social que se desató en Francia luego de que un policía asesinó a un adolescente de familia magrebí parece haberse calmado en los últimos días, pero la situación sigue siendo inestable y todos los actores implicados reconocen que una chispa podría encender otra vez el fuego de la rebelión. Por esa razón, este año los festejos por un nuevo aniversario de la Revolución Francesa, que se conmemora el 14 de julio, se harán sin fuegos artificiales de uso privado.
La medida, publicada en el Diario Oficial, tiene vigencia hasta la medianoche del sábado 15 de julio, a fin de prevenir su posible utilización en nuevos disturbios. El decreto prohibe “la venta, porte, transporte y utilización de artículos piroténicos de uso lúdico en el conjunto del territorio nacional”.
La prohibición se justifica para “prevenir los riesgos de problemas graves al orden público en el curso de las festividades del 14 de julio”, la Fiesta Nacional francesa -que conmemora la toma de la prisión de la Bastilla, en 1789- y se extenderá hasta el final de la jornada del día 15.
La medida había sido anunciada por la primera ministra, Élisabeth Borne, en una entrevista con el diario “Le Parisien”, en la que avanzó que el gobierno pondrá en marcha “medios masivos” para mantener el orden en la noche del 13 y la festividad del 14, que además cae en viernes. No afectará a los profesionales autorizados o a las colectividades públicas. El objetivo del permiso es que puedan tener lugar los tradicionales espectáculos pirotécnicos de la noche del 13 de julio.
Borne reconoció que hay inquietud en la población y en las autoridades por la posibilidad de nuevos disturbios con motivo de esa fecha especial.
Además de la prohibición de artículos pirotécnicos, Borne anunció el despliegue de medios de seguridad para la ocasión.
Los fuegos artificiales se han usado en los últimos años en ataques contra la policía y muy especialmente en los recientes disturbios que afectaron a zonas periféricas de las principales ciudades francesas.
Esos estallidos de violencia, que se extendieron por seis noches consecutivas, comenzaron después de que Nahel M., joven de 17 años muriera el 27 de junio por los disparos de un policía durante un control en la población de Nanterre, en la periferia de París.
En los últimos días la policía confiscó varios cargamentos de fuegos artificiales con destino “dudoso”. El más importante, de 2,7 toneladas, detectado en las cercanías de Rennes, al noroeste del país, proveniente de Polonia, tenía como comprador una empresa que no concordaba con la dirección consignada.
La preocupación de las autoridades se justifica en la persistencia del malestar social y político, tanto entre las organizaciones como entre los adolescentes de los barrios marginados, que no reclaman nada, sólo expresan su rabia contra el Estado y todo lo que representa.
La policía francesa, señalada como la más violenta de Europa, volvió a estar en el centro de las acusaciones. Este fin de semana, ese reclamo se hizo sentir, cuando más de 2.000 personas en el centro de París desafiaron la prohibición de protestas públicas y marcharon en memoria de Adama Traore, un joven negro que murió bajo custodia policial en 2016. (Especial)
Temas
Francia
Lo más popular
