Por Gustavo Rodríguez y Santiago Re 06 Julio 2023
INTENSA BÚSQUEDA. La Policía ingresó con escudos a los pasillos del barrio Las Piedritas, buscando a Villafañe y el arma homicida. La Gaceta / foto de Analía Jaramillo
Edgar David Villafañe, el acusado del crimen del cabo Ramón Sánchez no sólo tuvo problemas con la ley, sino que ya había sido condenado por haber intentado acabar con la vida de otro policía hace menos de seis meses. El nombre del sospechoso volvió a ser mencionado en dos causas que ingresaron a Tribunales. La primera fue el 6 de junio por amenazas y, la última el 30 de ese mes. Cuatro días después fue señalado como el autor del homicidio en contra del suboficial.
El martes, pasadas las 19, según la investigación del fiscal Carlos Sale, Villafañe interceptó al policía, que circulaba en su moto por la avenida de Circunvalación, a la altura del barrio Las Piedritas. Apuntándolo con un revólver calibre 38, buscó, aparentemente, quitarle el rodado. Sánchez reaccionó y se entablaron en una feroz lucha.
Villafañe (de 21 años) aprovechó que Sánchez cayó al piso y comenzó a dispararle cuando estaba totalmente indefenso. Siete tiros impactaron en el cuerpo de la víctima. Luego el agresor huyó con el bolso del policía, lo único que logró quitarle.
Prácticamente la misma frialdad utilizó el 2 de febrero cuando intentó acabar con la vida de los policías que realizaban un procedimiento en ese barrio. Villafañe fue una de las personas detenidas. Un juez le dictó la prisión preventiva por seis días. Antes de que se cumpliera esa fecha, a través de un juicio abreviado, terminó siendo condenado a una pena de tres años condicional. Recuperó la libertad el 17 de febrero.
En total, estuvo detenido ocho días.
Villafañe siguió apareciendo en otras causas. En mayo fue mencionado como una de las personas que agredió salvajemente a un hombre que habría arrollado a un pariente que escapaba después de haber robado una chapa de un depósito de la zona.
Además de las dos denuncias que realizaron en su contra, los investigadores sospechan que podría ser el autor de otro grave episodio, en el que también fue herido un efectivo de la fuerza. El 10 de junio, un oficial regresaba a su casa en moto por la avenida de Circunvalación y, al llegar a la altura del barrio Las Piedritas, le arrojaron una piedra que impactó en su rostro, provocando su caída. Villafañe le podría haber sustraído el arma reglamentaria. En un principio se sospechó que esa era el arma que se había utilizado en el crimen del cabo.
Un joven peligroso
Villafañe fue señalado por los vecinos como “uno de los que siempre causa problemas”. Según indicaron, el acusado integra una banda que se ocultaba en una gruta que los vecinos habían construido para honrar a un joven fallecido. Desde ese lugar los ladrones salían para emboscar a los motociclistas desprevenidos que pasaban por la autopista. La gruta fue destruida ayer a la madrugada tras el crimen del efectivo.
“Estaba afuera en ese momento; escuché ruidos y vi que un policía se bajó de una moto y empezó a pelear con este chico. En un momento el policía se tropieza y ahí le dispararon. Le vació el cargador”, reveló C., una vecina que está aterrada con lo que atestiguó y pidió que LA GACETA preservara su nombre al contar eso.
Por su parte, María Marta Lizárraga aseguró: “Esta es una zona roja por culpa de él y de los mismos de siempre”.
Villafañe es conocido en el vecindario por hacer disparos con su arma por cualquier motivo. Para celebrar un gol, para recordar a un amigo abatido por la Policía o para amenazar a los habitantes de Las Piedritas que pudieran tener la intención de denunciarlo por algún delito. “Está bien que lo guarden, pero espero que no salga nunca más. Desde hace años que viene haciendo de las suyas sin que nadie le diga absolutamente nada”, sentenció Oscar.
Según la información a la que tuvo acceso LA GACETA, la primera detención que tuvo Villafañe data de julio de 2022, justamante por haber intentado robar una moto. “Esa porquería se especializaba en hacer eso. Nadie lo denunciaba porque le teníamos terror. Si andaba a los tiros todo el día”, agregó Oscar.
La caída
Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Montero, Miguel Carabajal y Jorge Dib, bajo supervisión del fiscal Carlos Sale, realizó tareas de inteligencia para dar con el sospechoso, después de que trascendiera el martes a la noche que iba a entregarse a la Justicia.
Según relató una fuente policial, los investigadores descubrieron que podría haberse escondido en la casa de una mujer, en el barrio Tiro Federal. Ante las cámaras, cuando era retirado del lugar donde lo aprehendieron, declaró: “sí, yo lo maté”.
Al poco tiempo de que fuera trasladado al calabozo, un llamado anónimo alertó a los investigadores que alguien podría haber arrojado el arma en las márgenes del río Salí, cerca del puente de San Cayetano. Hasta allí se trasladaron los policías y la encontraron. Ahora será analizada para determinar si fue la que se utilizó en el crimen.
El fiscal Sale tiene hasta el viernes para informar de qué lo acusará. Todo parecería indicar que recurriría a todos los agravantes que tenga al alcance de sus para complicar su situación procesal.
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